Una elección bien diferente

En este mes se definió el método de elección para candidato a gobernador en los dos principales partidos políticos en el Estado, presentando una abismal diferencia entre uno y el otro.

El pri (con minúsculas, porque se hizo pequeño) tuvo una regresión a más de 36 años, dejando con un palmo en las narices a todos sus militantes y a todos los chihuahuenses, a quienes sólo les dijo: a callar y obedecer. La opinión de los delegados, de los miembros activos, de las encuestas de opinión, les hizo lo que el viento a Juárez: nada.

El gran dedo elector bajo desde lo alto de la gran Tenochtitlán, al más viejo y rancio estilo priísta, para señalar al elegido, ni tan siquiera dieron el dedazo en Chihuahua. El último candidato del pri nombrado desde la ciudad de México fue don Manuel Bernardo Aguirre en septiembre de 1973. Desde entonces el PRI había mostrado señales de modernización, llegando a tener una elección abierta a la ciudadanía en 1998 con Patricio Martínez. ¿Por qué esa regresión tan brutal?

A pesar que las encuestas mostraban al pri como favorito (a finales del año pasado), la verdad es que les entró el miedo de perder la elección, saben bien que la ciudadanía les va a cobrar el haber convertido a nuestro estado en el más inseguro del país y sobre todo ciudad Juárez la más violenta del mundo. La economía del estado se encuentra a la baja desde el sexenio patricista, después del sexenio de empleo al 100% de Pancho Barrio, tobogán del que no han sabido salir y la población lo siente día con día.

La última visita de la señora del hupil, jefa nacional del pri, dejó en claro que no habría posibilidad que alguien opinara: “a veces las candidaturas no son la única opción; hay diversos espacios, gentes que no participan en una etapa, participan en otra. Siempre hay una disposición de inclusión”. Pintó de cuerpo entero al pri. Es decir, para todos hay, si se disciplinan, en esta no les tocó bailar, pero hay viene la siguiente tanda y sino es de candidato, es en algún puesto de gobierno, ese es el mensaje. ¿Quedarían todos contentos? Por las caras y gestos de algunos… al tiempo lo veremos.

El candidato del pri, se le ha nombrado pre-candidato para que se pueda placear por todo el estado, ya que si lo nombraran candidato (que de hecho ya lo es) se tendría que quedar en su casa a esperar el mes de abril para poder arrancar su campaña, que la arrancó desde muchos meses atrás, ya que la presidencia de la Cámara de Diputados solo para eso le sirvió. El 28 de febrero están convocados los 2,700 delegados estatales priistas para que levanten la mano en aprobación del ya ungido candidato. Una farsa a la que deberán de asistir todos, para no perder su chamba o su futura chamba.

En el PAN la decisión fue muy inteligente y apegada a los tiempos modernos de la naciente democracia. Se abre la elección a cualquier ciudadano y la elección será abierta a la ciudadanía, el 28 de febrero.

Había mencionado su intención de participar: Clary Jones, exalcalde del municipio de Galeana y el exalcalde de Chihuahua, Carlos Borruel. En los últimos días Juan Blanco, también exalcalde de Chihuahua manifestó su interés en inscribirse, que terminó declinando su intención. Casi 48 horas antes del cierre del registro, Pablo Cuarón, un distinguido empresario Juarense, muy conocido por su constante preocupación por los problemas de Juárez y del estado, levanta la mano y logra juntar las 1,600 firmas necesarias de panistas de varios municipios del estado. Finalmente quedan oficialmente registrados Carlos Borruel y Pablo Cuarón, ya que Clary Jones presentó sólo el 30% de las firmas requeridas, por lo que no se le autorizó el registro.

En una verdadera precampaña andan los del PAN, mientras que en el pri anda el candidato, en una farsa de elección, viendo en cada plaza a quien va a designar como próximo alcalde y quién para diputado. Los chihuahuenses sabremos evaluar.

Esta diferencia se reflejará en la elección constitucional el 4 de Julio.