Ya basta de decir inexplicablemente

La semana pasada decía El Heraldo de Chihuahua, y así titulé el artículo de la semana, como “inexplicablemente” andaba libre quien había sido detenido por el asesinato de militares, altos mandos policiales y otros, tan solo 9 meses antes y ahora lo encontraron muerto en la salida por la carretera a Cuauhtemoc.
Ahora sí que no es “inexplicablemente”, como asesinan a la mamá de una joven que fue asesinada por su pareja sentimental, el cual confesó ante los jueces su delito y les dijo dónde había arrojado el cuerpo, a dónde acudieron las autoridades y así fue, pero los tres jueces de “la nueva justicia penal del estado de Chihuahua”, que el gobernador anterior no se cansó de cacaraquearla por todo el país como la mejor, pero al asesino confeso lo dejaron en libertad, dijeron que porque no pudieron determinar la causa de la muerte. Este asunto lo tratamos en algunas colaboraciones anteriores y ahora tenemos las muy lamentables consecuencias.
Los “inexplicables” en realidad no existen, es como el caso de los sobrecargos que atraparon también en esta semana en España, cargados con droga, cada uno con 134 kilos de cocaína. “¿inexplicablemente” pasaron todos los filtros de revisión del aeropuerto de la ciudad de México y el sobre peso que es de solo 25 kilos por pasajero? Bien dijo el secretario de la SCT que habían dado su buena mordida para lograrlo, eso es ya explicarlo, para no dejarlo “inexplicablemente”.
La señora Marisela Escobedo tenía meses clamando justicia por el asesinato de su hija Rubí Marisol Fraire, que ante el asesino confeso y dejado en libertad, que se desapareció del estado. La mamá investigó, como la policía nunca lo hace, y lo ubicó en Fresnillo Zacatecas, hasta donde fue la policía estatal de Chihuahua, pero como los recibieron a balazos, dice una nota periodística, no lo lograron atrapar. “¿Inexplicablemente?”.
A pesar de que el gobernador anterior “exigió” a los jueces que rectificaran el caso y expidieran la orden de aprensión, “inexplicablemente” los jueces ahí siguieron despachando, eso sí expidieron la orden de aprensión, pero hasta ahora que el nuevo gobernador “ordenó” su destitución, lo que sucedió de manera inmediata, a pesar de la separación de poderes que se supone que tenemos en la Constitución. Esperamos que los tres jueces queden sujetos a una exhaustiva investigación, antes de que se vayan a escapar del Estado.
El nuevo fiscal del Estado declaró que la señora Marisela Escobedo, contaba con “una discreta” seguridad policial, ya que ella no había aceptado el apoyo policiaco y yo me pregunto ¿Dónde estaba esa discreta seguridad, inexplicablemente ese día no trabajó?, así como dónde estaba la policía que siempre vigila el palacio de Gobierno del Estado, ya que a la señora Marisela la mataron a solo un metro de la entrada principal y en el costado de la plaza también se encuentra la Fiscalía (antes Procuraduría), que también siempre esta llena de policías. ¿Otro inexplicable?
El mismo día del funeral de la señora Marisela, inexplicablemente le queman el negocio en ciudad Juárez a quién había sido su pareja sentimental, una maderería de la cual no quedó absolutamente nada y “levantan” al hermano de este, el cual está desparecido desde entonces.
Ante tantos “inexplicables”, la ciudadanía ya está harta, porque si esto le sucedió a una señora que pacíficamente exigía justicia por la muerte de su hija, la matan en la puerta del Palacio de Gobierno y frente a la Fiscalía del Estado, ¿Qué lugar tenemos seguro los habitantes de este Estado?
Los inexplicables son solo una manera de justificar lo que no se quiere reconocer, así que ya basta de inexplicables.
Chihuahua exige resultados, así decía el slogan de campaña, esperamos tenerlos pronto, sabemos que a solo dos meses de asumir el cargo es bien poco, pero por el bien de todos los chihuahuenses, urgen explicaciones y soluciones.