El embajador Pascual

En la visita que hizo el presidente Felipe Calderón en días pasados al presidente Obama en la capital de aquel país, nuestro presidente se quejó de la mala actuación del embajador Pascual, pensamos que fue con motivo de las filtraciones de Wikileaks, que continúan saliendo, donde en algunos cables diplomáticos del embajador americano, calificaba de grises y malos a los aspirantes a la presidencia de la república en el 2012, situación que era para molestar a cualquiera, pero me parece que la forma y el lugar no fueron los correctos.

Días después, la semana pasada, el embajador Pascual viene de visita a Ciudad Juárez, con la disculpa del primer aniversario del asesinato de los tres funcionarios del consulado americano en esa ciudad, pero más bien pareció que vino a pavonearse, como diciendo que no le había pasado nada después de las quejas de Calderón y no solo eso, sino que una de sus declaraciones fue que Ciudad Juárez tendrá todo el apoyo de los americanos "para recuperar el estado de derecho". ¿Quién se cree el embajador para venir a declarar que el estado de derecho ha desaparecido en Juárez y quién le ha pedido su ayuda? Vino a presumir que la autoridad que tiene como embajador del poderoso país del norte, sigue vigente.

No es una crítica simple al embajador Pascual, pero sonó a burla, ya que días antes se había descubierto la operación "rápido y furioso", donde las autoridades americanas habían introducido a México 1,998 metralletas AK-47, que para seguirles la huella a los narcotraficantes y resultó que con una de esas armas mataron a uno de sus agentes del ICE cerca de San Luís Potosí.

En esa misma semana, el gobierno americano da a conocer los sobrevuelos no piloteados de aviones a más de 20,000 metros de altura, es decir al doble de los vuelos comerciales y que en estos aviones tan sofisticados, han estado viendo a los malandros de nuestro país, ya que pueden ver hasta el detalle de quién va armado, desde esas alturas. ¿Fue con la intención de seguir mandando mensajes de su poderío y que la queja de Calderón, le hizo lo que el viento a Juárez?

Por supuesto que de inmediato se dejaron oír las quejas y el resgamiento de vestiduras de los priístas, acusando al presidente Calderón, que el único facultado para que volaran sobre México era el Senado de la república y ellos ni enterados estaban, dijo el Senador Beltrones, quién suspira por el 2012, aunque Peña Nieto, de su partido, le lleva la delantera.

Yo le pregunto a Beltrones ¿Acaso nos pidieron permiso para poner los satélites que también espían en la estratósfera o los de comunicaciones? ¿En qué altura termina la soberanía nacional? Si con sus aviones espías a más de 20,000 metros de altura pueden ver a cada persona que anda armada y esto nos ayuda a resolver el gravísimo problema de la inseguridad que padecemos, bienvenida la ayuda, sea de los americanos o de los rusos.

Algunos periodistas como López Doriga, también le entró al juego de la descalificación al gobierno mexicano y le preguntaba al vocero de la PGR, en su programa de radio, que ¿por qué no lo habían dado a conocer este programa de sobre vuelos? Como queriendo insinuar que la verdad es que ni enterados estaba, pero me parece que la pregunta de este reportero es tonta, ¿Qué autoridad da a conocer, de antemano, las acciones que va a llevar a acabo para acabar con la delincuencia? La verdad que con esos periodistas, que se creen insidiosos, pero la verdad es que no ayudan para nada a resolver el grave problema de la inseguridad.

Por el lado positivo, el mensaje de los americanos es que Ciudad Juárez tiene un gran peso en los intereses binacionales y esto es natural, por las grandes inversiones en maquiladoras que tiene ese país en esta ciudad, ya lo hemos comentado en otras colaboraciones, los americanos saben perfectamente donde viven en El Paso los de las bandas de delincuentes juarense, como los "Aztecas y Mexicas" y no les importa que vengan a delinquir a Juárez, mientras allá se porten bien y no los perturben.

Por lo visto tendremos embajador Pascual para rato, ya que a Obama le valió tres cacahuates lo que Calderón le dijo.