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Enseñanzas del terremoto-tsunami del Japón

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 19 de Abril de 2011 Página 16 Sección B

En agosto 6 de 1945, al final de la segunda guerra mundial, Japón fue atacado con dos bombas nucleares, la primera el 6 de agosto de 1945 en Hiroshima y la segunda tres días después en Nagasaki. Son las únicas bombas nucleares que se han usado en guerra contra otro país. Mataron directamente entre 150 y 250 mil personas, más las que quedaron contaminadas con la radiación.

67 poblaciones de este país habían sido atacadas con otro tipo de bombas, durante la guerra y antes de la fecha anterior, de tal manera que el país se encontraba devastado. Seis días después se rinden ante los aliados, que eran Estados Unidos, Inglaterra, China y otros, firmando el 2 de septiembre el instrumento de rendición, en donde se establece la prohibición del uso de armas nucleares. No se han vuelto a usar desde entonces, aunque algunos países han desarrollado la energía atómica para usos pacíficos, entre ellos el mismo Japón.

Japón se levantó de las ruinas y se convierte en la 2ª potencia mundial económica en pocos años. ¿Cómo lo lograron? La base es la educación y la cultura del pueblo japonés, que tenían desde entonces y conservan hasta nuestros días, como la pudimos ver con esta nueva catástrofe del peor terremoto que se tenga memoria, de 8.9 grados en la escala de Richter,  seguido inmediatamente de un tsunami con olas de más de 30 metros de altura, que ha dejado en ruinas a Japón y con una planta de energía eléctrica en Fukushima movida con reactores nucleares, que hoy amenaza con contaminar el mundo.

Sin embargo pudimos constatar con las escenas de la televisión, que el pueblo japonés va a salir adelante por las siguientes razones:

La calma es una de las enormes cualidades del japonés, no vimos una escena de desesperación, angustia sí, pero con mucha calma a pesar de la enorme desgracia que les había llegado.

La dignidad del pueblo japonés es enorme, así como en la segunda guerra mundial no se rendían por dignidad, hasta que les cayó la primera bomba atómica y el presidente Truman anunció que no se detendría hasta que se rindieran los japoneses, tirándoles la segunda 3 días después y 6 días después se rindieron. La dignidad la llevan tan adentro que no vimos a la gente molesta haciendo colas para recibir agua o alimentos, como tampoco vimos a gente queriendo agandallar antes de su turno. Caídos ante la catástrofe, pero con mucha dignidad.

El orden. Ninguna tienda fue saqueada por la gente que necesitaba alimento, agua, medicinas o cualquier otro producto.

El sacrificio. 50 trabajadores se quedaron en la planta de Fukuchima a meter agua del mar para enfriar los reactores y que no fueran a estallar. Seguramente la contaminación en ese lugar era 20 ó 30 veces, o más, arriba de lo permitido.

La justicia. Los restaurantes bajaron su precio a la mitad, ningún cajero ATM fue saqueado, la gente solo compraba lo que necesitaba, para darle oportunidad a todos y nadie tomaba lo que no le correspondía.

La conciencia. Cuando en algún supermercado se iba la luz, todo mundo dejaba la mercancía en los anaqueles y salía del establecimiento de manera calmada y sin robarse nada.

La capacidad técnica. Todos los edificios altos de las grandes ciudades, solo se balancearon, pero no se cayeron a pesar de la intensidad del terremoto.

El orden. Ningún saqueo en tiendas, nadie se enojaba con otro, no había bocinazos en las calles o carreteras. Solo había orden y entendimiento.

La formación. El pueblo japonés ha sido entrenado desde la época de los emperadores y cada quién sabe lo que tiene que hacer y así lo hicieron. Los viejos, los jóvenes y los niños sabían que hacer y solo eso se hizo.

No cabe duda que el pueblo de Japón va a salir adelante de su desgracia.

Ojala que aprendamos aunque sea un poquito de la cultura y educación japonesa y otro gallo nos cantaría.