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Las habilidades de nuestros gobernantes

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 14 de Junio de 2011 Página 16 Sección B

La semana pasada estuvieron matando policías municipales en la ciudad de Chihuahua, casi uno diario, lo cual es muy lamentable, ya que es una afrenta a toda la sociedad, no solo a la policía, pero más lamentable fue la reacción del presidente municipal, Marco Adán Quezada, quien lo primero que se le ocurrió fue pedir a gritos la presencia de la policía federal y del ejército en las calles de la ciudad, para que estos cuidaran a los policías y de pasada a la ciudadanía.

No se le ocurrió, ni por asomo, que lo primero era ver hacia dentro de la corporación, como cambiar tácticas, estrategias, reacomodos y que se yo, para detener la ola de asesinatos contra la policía municipal. Segundo, pedirle apoyo al gobernador del estado, primero en apoyo logístico, táctico, con elementos de la policía única y con recursos económicos que ahí se tiene por parte de la federación para seguridad pública. Tercero, pedirle al gobernador que regrese al estado, ya que se la pasa de gira, algunas de ellas en campañas políticas en Tabasco y en Estado de México, usando recursos públicos, viáticos y tiempo oficial para andar en campañas de su partido, mientras aquí la inseguridad sigue su marcha.

Se me ocurren a bote-pronto esas acciones, pero seguramente que con los especialistas que tienen a nivel municipal y estatal, seguramente que hay mucho mejores propuestas que las mías.

Pero lo que sucede es que hay toda una estrategia de pedirle todo al gobierno federal (panista), para luego echarle la culpa de lo todo lo que pasa, ya que si no atiende el llamado público que yo les hice (el alcalde), entonces van a decir que la federación no quiere, ni le importa lo que sucede en Chihuahua y si viene y las cosas no se componen, entonces la federación solo vino a abusar de los ciudadanos y harán lo que “El Teto” en Ciudad Juárez, pedir que se vayan los federales, para poder seguir haciendo de las suyas. Así que la federación de cualquier manera pierde, mientras las autoridades locales se hacen loquitos ante los problemas, hábilmente echándole toda la responsabilidad a Felipe Calderón, en lugar de enfrentar los problemas, que fue para lo que los chihuahuenses votaron por ellos y por lo que reciben muy buenos sueldos, prestaciones y guaruras para que no les pase nada.

Hoy todo esta dirigido muy hábilmente en contra de Felipe Calderón y del PAN, aunque dicen que las encuestas los ponen muy, pero, muy arriba con su candidato el “Bombón de Televisa” y que en el 2012 van a regresar a Los Pinos, sin embargo todo parece indicar que no están tan seguros y vea usted sino, además de lo aquí mencionado, la famosa caravana “Por la Paz, con Justicia y Dignidad”, del poeta Javier Sicilia, que luego se transformó en “La Caravana del consuelo”, con un origen muy válido, noble y sincero, degeneró en un movimiento totalmente politizado, como me decía un periodista en Ciudad Juárez “de que está politizado ese movimiento, hasta José Feliciano lo ve o para ponerlo más actualizado, hasta Andrea Bochelli lo ve”. Solo basta leer la entrada del documento signado en Ciudad Juárez, “El pacto ciudadano por la paz, con justicia y dignidad”, dice: “nuestro país vive una guerra contra el narcotráfico, que oficialmente no existe, pero que en realidad es una guerra contra el pueblo….”, de entrada cierra la posibilidad de un análisis serio sobre el documento, ya que a los delincuentes, a los narcos, al mundo de las drogas, la brutalidad de las mafias, no los toca ni por casualidad. Seguramente toda la delincuencia, organizada o no, estará feliz y frotándose las manos al ver que este movimiento no los tocó ni con el pétalo de una rosa. Entonces, ¿Qué busca ese movimiento? Será por eso que en nuestro estado de Chihuahua paso un poco desangelado este movimiento, además que a todas las plazas llegaron con mucho retrazo de lo programado y la poca gente ya se había retirado del lugar.

Las habilidades de nuestros gobernantes son grandes, pero no para gobernar, sino para endosar sus responsabilidades.