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El sistema de partidos debe desaparecer

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 13 de marzo de 2012 Página 20 Sección B

No cabe duda que en esta semana vimos los dos extremos de los excesos del sistema de partidos o mejor conocido como partidocracia y que tanto daño le está causando a nuestro país, hasta en tanto los legisladores no se den valor para hacer las reformas legales para que se ventile un poco el olor a putrefacción que huele en el ambiente.

Por un lado vimos el caso de Manuel Barlett Díaz, quien fue secretario de gobernación en el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), cuando la elección presidencial “se cayó el sistema”, durante unas horas y días, porque no pudieron reconocer que había el PRI había perdido la elección presidencial. Después se la acreditaron oficialmente a Carlos Salinas de Gortari, uno de los más nefastos presidentes que hemos tenido. Durante el sexenio de este último, Barlett se desempeñó, como premio a la caída del sistema de cómputo, como secretario de educación pública. Fue después gobernador de su estado, Puebla, así como ha sido diputado federal y senador por el PRI.

Ahora resulta que este personaje del más puro y rancio estilo priísta, ha decidido pasarse a las filas del PRD (todos los personajes del PRD, han sido priístas en su origen, incluyendo a López Obrador), para ser candidato a senador, “gústele a quien le guste y al que no, pues se aguanta”, declaró Barlett a los medios al ser nominado candidato y encontrar bastante resistencia de la izquierda.

¿Por qué el sistema de partidos debe desaparecer? Barlett aprovechando que solo a través de un partido político puede ser candidato, y sabiendo que en el PRI ya no lo ven con buenos ojos, decide irse al PRD, donde el mesiánico del López Obrador se ha adueñado del mismo y hace y deshace a su antojo, sin que nadie le diga nada, ya que no podría lanzarse por el PRI y tampoco independientemente. No cabe duda que el PEJE se ha ido rodeando de personajes famoso, buenos, regulares y francamente malos, como es el caso de Barlett, pero así mismo han lanzado a Héctor Bonilla, el actor, a Ana Guevara, la corredora, con lo cual se puede ir formando una fuerza que lo haga ganar la elección del primer domingo de julio próximo, con el grave peligro para el país, que esto representa.

Lo irónico de este caso, es que en 1988 los candidatos a la presidencia eran Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Clouthier, “El Maquío”, Rosario Ibarra de Piedra y Carlos Salinas de Gortari. Se dice que el ganador fue Cuauhtémoc Cárdenas e incluso “El Maquío” lo acompañó en protestas durante algunas semanas, hasta que finalmente se consideró que el país podía sufrir mayores daños de seguir con las protestas. Ahora el hijo del Maquío, siendo diputado federal por el PAN, decide dejar la bancada de este partido y lanzarse sorpresivamente como candidato independiente, ya que dice que ninguno de los tres aspirantes actuales le aportan nada el país y por ello ha decido lanzarse.

Clouthier tiene el derecho constitucional de ser candidato, solo que las leyes electorales dicen que los únicos que pueden registrar candidatos son los partidos políticos, lo cual es una grave contradicción, ya que una ley secundaria como es la Cofipe, no puede estar por encima de la Constitución. El caso de Clouthier se da porque el PAN no le permitió lanzarse de candidato a senador. Ahora la papa caliente la tiene el IFE, quién tendrá que resolver si le acepta el registro o no, ya que al no aceptar, Clouthier no aparecerá en las boletas electorales, aunque tenga el derecho constitucional de ser candidato…

Parece que los partidos tienen secuestradas las candidaturas que algunos de sus personajes, yo no diría que importantes, porque tal vez no lo sean, quieren y les conviene que sean los candidatos a diputados, senadores y demás.

Yo no digo que los partidos deben de desaparecer, pero si la ley debe de permitir las candidaturas ciudadanas, para que los partidos se enderecen, al tener la posibilidad que ciudadanos notables, ilustres o de mucho peso en la sociedad se puedan lanzar independientemente.

El sistema de partidos debe de desaparecer, como está estructurado actualmente.