Peña Nieto, el Luis Miguel de la política, pero muy mal mandatario

Guapo, simpático, poderoso y rico, son los cuatro elementos que hacen que Enrique Peña Nieto sea un imán de reflectores y un hombre irresistible para las mujeres, que fueron las que le dieron el gane para ser gobernador del Estado de México. Ahora sigue el mismo guión que Televisa le viene marcando desde hace más de seis años y por lo que ha pagado cantidades de dinero que insultan a la pobreza del pueblo mexicano, casi 700 millones de pesos en comunicación política, es la cuenta que aparece en sus finanzas del Estado, más lo que sacaron por fuera en otras cuentas, y de otros estados, como los 25 millones que llevaba el avión del gobernador Duarte de Veracruz, aterrizando en Toluca Estado de México, y muchos millones más.

Todos sus eventos son fríamente calculados por la televisora como si fuera una telenovela del canal de las estrellas y el galán debe de salir siempre muy bien acicalado, la mejor ropa y por supuesto la sonrisa necesaria de triunfador, “porque él sí sabe cumplir y cumplirá porque para eso está firmando ante notario todos sus compromisos”. ¿Será verdad que sí sabe cumplir? Veamos que sucedió en el Estado de México al que acaba de dejar después de 6 años de ser el gobernador.

Su tío y padrino político, Arturo Montiel, siendo gobernador, puso a Peña Nieto como secretario de administración, es decir para que “le cuidara el dinero” y hoy la averiguación TOL/DR/1434/05 se encuentra abierta, porque al divorciarse Montiel de Maude Versini, su esposa francesa, le entregó propiedades por más de 300 millones de pesos, comprobándose la fortuna en más de $500 millones. Claro que Peña Nieto le urge llegar a Los Pinos para desaparecer el expediente.

La procuración de la justicia en el Estado de México con Peña fue desastrosa, recordar tan solo el caso de la niña Paulette, que después de 10 días que iniciaron las averiguaciones, el procurador Alberto Bazbaz declaró que había muerto por asfixia en su cama, lo malo es que la averiguación se inició precisamente en el cuarto de la niña, donde 10 días después fue encontrada, oficialmente muerta por asfixia en las sábanas de la cama.

La inseguridad en ese Estado es de las más graves, claro que poco difundidas en protección al candidato. En Huisquilucán, municipio gobernado por Alfredo Del Mazo Maza, también pariente de Peña, viven los narcotraficantes más despiadados como “La Barbie”, “El JJ” y hasta el propio comandante del municipio, Antonio Ramírez Cervantes, fue encarcelado por delitos del narcotráfico, ante la indolencia del alcalde priísta. Alcanzó el 1er lugar en robo de autos, la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros contabilizó en el 2010, 17 mil autos robados, que representaron el 22% del total nacional. Es también primer lugar en feminicidios con 922 casos sin resolver. A Francisco Barrio lo quería crucificar por 113 feminicidios.

Peña Nieto dejó el estado bien endeudado con más de 30 mil millones de pesos, solo superado por Coahuila, pero seguido de cerca por Veracruz y ahora por Chihuahua, todos estos estados gobernados por el PRI, cuando menos en los últimos 13 años. Tienen el índice más bajo en buen gobierno y corrupción, siendo la entidad con más corrupción en el país.

En cuanto a las obras prometidas, la verdad es que muchas no las cumplió y otras las terminó en costos muy caros y de mala calidad, será que tenía que hacer “un guardadito” para su campaña, pero de esto ya se esta dando cuenta a través de spots pagados de televisión, el propio PAN.

En cuanto a su adicción a las mujeres, en el libro “Las Mujeres de Peña Nieto” de Alberto Tavira, de editorial Océano, trata con amplitud esta enfermedad, en donde el propio autor dice que lo malo no es que le gusten las mujeres, ya que todos tenemos flaquezas, dice, sino en el engaño que se ha pretendido hacer creer que Peña es un conservador, casto, puro y Guadalupano, un hombre de familia.

Enrique Peña Nieto podrá ser el Luis Miguel de las telenovelas, pero espero que no vuelva a ser mandatario y menos el primer mandatario del país.