¿Reforma Electoral?

Cuando este editorial salga publicado (martes), seguramente ya salió aprobada la nueva Ley Electoral (lunes), y como se ha manejado con el mayor sigilo, es probable que algunas de las cosas que aquí diga (domingo) hayan quedado aprobadas y otras no, ya que lo único que se conoce son los rumores y díceres que circulan en los medios de comunicación.

Si desaparecen los diputados de primera minoría, es decir los que actualmente entran porque perdieron por muy poquitos votos, es decir casi ganaron, para convertirlos en diputados plurinominales de lista de los partidos, será un gravísimo error, ya que lo que se provocará será un mayor poder de las cúpulas de los partidos políticos y mayor alejamiento de la sociedad, que es lo que tiene harta a la gente. Hasta cierto punto, la gente ya no quiere saber nada de las elecciones, aunque de ello dependa su bienestar futuro y en muchas ocasiones prefieren cambiar su voto por una despensa, ya que no le han encontrado la utilidad a saber elegir correctamente a sus gobernantes.

Si esto sucede, también vamos a tener unas campañas cada vez más aburridas, ya que los candidatos ahora ya no le meterán tantas ganas cuando se vean perdidos, que de otra manera sí seguirían con todo el entusiasmo y en contacto con la ciudadanía, tratando de conquistarlo, porque si llegara a perder, pero por muy poco y suma una buena cantidad de votos, de cualquier manera puedo entrar. Si se llevó a cabo la reforma electoral, como se rumora hoy, los diputados plurinominales estarían asegurados y para ellos el compromiso será con la cúpula de su partido y no con la gente, cuando el diputado, en teoría, es un representante popular, es decir del pueblo.

También se dice que quieren aumentar los diputados pluris, cuando es la gran inconformidad nacional, bueno hasta el señor Peña ofreció disminuirlos en su campaña, aunque su partido lo había rechazado en la Cámara de Diputados. También dicen que quieren quitar los candados para que los partidos no se sobre representen, lo que sería muy grave, porque algún partido puede tener una cantidad de diputados que no corresponden proporcionalmente a sus votos.

Otro tema que se ha rumorado es que la figura del síndico se va a integrar a la planilla del candidato a presidente municipal, con lo cual desaparecería el efecto buscado, es que el síndico revise, supervise, vigile los gastos de la Presidencia Municipal, pero si se elige en la misma planilla que el presidente municipal, llegarán siempre del mismo partido y será un simple subordinado del alcalde, con los mismo gastos correspondientes con cargo al pueblo chihuahuense, pero la vigilancia sería nula.

¿Por qué mejor no desaparecer la controvertida figura del síndico? Lo hemos comentado en años anteriores, que las presidencias municipales tienen al tesorero que debe cuidar que las cosas se manejen correctamente, aunque a veces los contratan para servirse los funcionarios y no para servir a la gente. Pero además hay la revisión que lleva cabo el Congreso a todos los municipios, aunque como lo hemos visto, sólo sirve para negociaciones políticas, "te perdono este municipio que anda muy mal en el manejo de sus finanzas y tú vota a favor de los míos, que también le metieron la mano al cajón" y todos salen limpios y contentos. También tiene al regidor de Hacienda, cuya función es revisar las cuentas.

Se gasta mucho en revisar las cuentas y lo peor es que siempre están los gobernantes pensando cómo pueden llevarse más para su casa, sin que el pueblo no se dé cuenta y luego salir con que endeudaron al Gobierno porque no les alcanzaba y el pueblo es el que tiene que pagar sin recibir beneficio a cambio.

Por otro lado, se rumora que van a acortar los tiempos de precampaña y campaña, para que se gaste menos. Lo que deberían hacer es darle más facultades fiscalizadoras a las autoridades electorales para que realmente cuiden que no se excedan de los topes de campaña, ya que todo mundo se da cuenta de los millones y millones que se exceden, como sucedió en la reciente elección, y no pasa nada. Mientras haya impunidad para el exceso de gastos, cada vez será más descarado y la autoridad electoral, dormida.