Falló el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación

El fallo que por unanimidad dio el TEPJF la semana pasada sobre la elección presidencial, declarando la elección del primero de julio como legal, democrática y transparente, sin señalamiento alguno acerca de la compra y coacción de votos, el exceso sobre los topes de campaña, el manipuleo de las encuestas a favor de Peña Nieto, los medios de comunicación totalmente imparciales, la intervención de los gobiernos estatales a favor del declarado ganador.

El fallo del TEPJF falló. La mayoría de los mexicanos nos quedamos con la boca abierta de no ver ni por asomo un señalamiento del proceso electoral, como si este hubiera sido inmaculado. Más nos sorprendimos ver la entrega de la constancia del fallo del tribunal, donde el magistrado presidente, Alejandro Luna Ramos, casi se derrite ante el presidente electo, perdiendo la compostura que debe de tener como magistrado presidente.

Hace seis años, el TEPJF cuando menos hizo algunos señalamientos de irregularidades en el proceso, que después se convirtieron en cambios muy importantes, pero ahora ni tan siquiera dieron señalamientos que ayuden a corregir en el futuro todas estas desviaciones.

Ciertamente que el IFE, autoridad que llevó a cabo el proceso electoral, dejó pasar todas las irregularidades que en su momento debió de haber atajado. Se hizo de la vista gorda y no solo no vio nada, sino que hasta felicitó a los medios de comunicación por la imparcialidad demostrada durante el proceso, cuando todos los mexicanos vimos exactamente lo contrario. Nunca vio los excesos de gastos en campaña, cuando era evidente a los ojos de cualquier ciudadano con un dedo de frente, ya no digamos tres dedos de frente, que el gasto en reuniones apoteóticas diariamente, con costo de millones y millones de pesos, así como la avalancha de espectaculares en todo el país, todos los camiones urbanos tapizados con propaganda. Evidentemente que los excesos de gastos los pudieron y debieron documentar los altos dignatarios del IFE, solo que no quisieron. Las razones solo ellos lo saben, pero todos podemos especular.

Ciertamente que AMLO, sabía que esto estaba pasando, porque el mismo se encargaba de decir a los cuatro vientos que tomaran lo que te daban (para comprar el voto), pero vota en conciencia, decía. Si ya lo sabía, ¿por qué no lo documentaron en su momento para presentar las denuncias bien fundamentadas? Claro que es complicado, porque tiene que ser en el momento, ante notario público que de fe de los hechos, sino se convierte solo en dichos sin validez jurídica.

Si el IFE se hizo tarugo en la elección, ¿por que el TEPJF no se metió a fondo a investigar tantas pruebas que le aportaron? Ciertamente que cualquier tribunal que se quiere hacer tarugo, simplemente se basa en las pruebas que le presenta quien reclama, con aquella visión miope de que quien acusa tiene la obligación de probarlo. El caso de Monex-Soriana, ya comentado en este mismo espacio, no fue investigado mas allá de las pruebas que se presentaron, pero que como autoridad tenían las herramientas para profundizar, pidiendo más información a los denunciados, quienes sabemos que estaban esperando y con la mejor disposición, para declarar lo que la autoridad les pidiera. Nunca lo hicieron. En esto también solo podemos especular.

La resolución del tribunal provoca risa. Negaron que la mercadotecnia tuviera influencia en la voluntad del votante. Su argumentación fue que los electores no son “autómatas” y que no se le puede influir de manera mecánica con la propaganda. ¡De plano que nos quisieron ver la cara!

Lo que no le ayuda a AMLO es que durante 6 años declaró a Felipe Calderón presidente espurio y él se declaró presidente legítimo, y ahora le ha pedido ayuda a Calderón y al PAN. Es lo mismo que primero dijo que aceptaría el fallo del tribunal y tan es así que mete sus denuncias ante el mismo y como el resultado no es que él quiere, entonces ya no lo acepta.

Falló el IFE y el TEPJF, sin embargo no podemos caer en el juego de la desobediencia civil que convoca AMLO. Lo que debemos hacer son cambios estructurales en la ley electoral para que esto no vuelva a suceder. Desgraciadamente el fallo del tribunal es inapelable.