César Jáuregui, El Bueno

El día que salga publicado este editorial, habrá pasado una semana que tomaron posesión los nuevos diputados locales del Congreso del Estado, misma sesión donde el gobernador hizo entrega de su tercer informe de gobierno. César Jáuregui Moreno, conocido como “El Malo”, que en realidad nunca ha sido malo, la verdad es que siempre ha sido muy capaz, preparado e inteligente, pero le decíamos así porque formaba parte del otro grupo del PAN, con el que no comulgábamos muy bien y el otro César Jáuregui Robles, que era parte del otro equipo, era “El Bueno”, quién también es una persona muy preparada, al grado que es actualmente uno de los mejores magistrado del poder judicial de la federación. César Jauregui Moreno regresa al Congreso del Estado por segunda vez, como coordinador del grupo del PAN y le toca hacer el posicionamiento del PAN ante el gobernador, posicionamiento que no tiene desperdicio, con mucha valentía, respeto y de forma por demás clara, le dijo al gobernador lo que miles de chihuahuenses queríamos oír. Transcribo tan solo algunos párrafos de su estupenda intervención: “George Orwell decía que el lenguaje político está diseñado para que las mentiras parezcan verdades, que el asesinato parezca respetable y dar al viento apariencia de solidez; Yo prometo alejarme del lenguaje político tradicional”. Más directo, imposible. “El gobierno tiene una importantísima función, es quién provee a los ciudadanos, por su obligación constitucional de muchos satisfactores, el de seguridad, el de acceso a la salud, a la educación, lo que ustedes quieran, pero en un sistema democrático la oposición tiene un importantísimo papel. Se puede concebir una democracia donde falla el gobierno, pero no podrán llamarle sistema democrático donde falle la oposición. La oposición le da sustento vital a un régimen democrático”. Si César Duarte quería desaparecer a la oposición, ya se topó con una piedra dura de roer, ya que el PAN es la única oposición, los demás son solo membretes al servicio del gobernador. “Nosotros tenemos claro que representamos a más de 370 mil electores que votaron por nosotros y están preocupados con la visión gubernamental que hoy tenemos en Chihuahua y que tienen derecho a tener los diputados que los representen”. La pura verdad. “Yo represento a quienes ven lejano aún el mundo idílico, el Chihuahua idílico que se nos quiere presentar en el empaque del discurso gubernamental. El Chihuahua idílico que habla de espacios recuperados en materia de seguridad, pero que se resquebrajan, se desvanecen, frente a eventos como el de Loma Blanca donde en absoluta impunidad asesinan a 10 personas y hasta ahorita no se sabe donde están los responsables de esto. No creo en el discurso oficial que habla de una recuperación de la seguridad pública, cuando todos los días estamos a merced de lo que la criminalidad quiera realizar”. Lo que todos pensamos. “Del poder judicial tendré que hacer referencia, hay una descomposición en este poder que presenta taras propias de lo que yo denominaría endogamia orgánica que no le permite renovar su torrente vital, con arterosclerosis política, sumiso, sin presencia política de importancia en una vida pública de Chihuahua que requiere de un poder judicial distinto”. La omnipresencia del gobernador, en todas las instituciones públicas y privadas, de la que también habló el diputado Jáuregui es tan grave, que el presidente del supremo tribunal de justicia del estado, prefirió mejor ya no reelegirse al día siguiente que tenía planeado hacerlo. Y qué decir de la autonomía universitaria que fue violada con motivo del tercer informe, donde el gobernador ordenó que se suspendieran las clases del campus original de la UACH, ya que en esa área se encuentra el teatro donde daría su informe. ¡Quizás necesitaban los espacios para los cientos de policías, ya que en seguridad estamos muy bien! “Tenemos en Chihuahua un problema en el manejo de las finanzas públicas, la deuda que hoy tenemos como entidad federativa, los datos que hoy tenemos, nos hablan de que quizás estemos ante la presencia de la deuda per cápita más alta del país. Nosotros no nos preocuparíamos tanto por la deuda, sino en qué se ha invertido ella; lo que ha faltado es la información precisa de donde se encuentra el dinero de ustedes, el mío, el de nosotros, de los ciudadanos a los que representamos”. A falta de espacio, termino diciendo que tenemos dos César Jauregui “Buenos”, excelentes, diría yo.