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Fracaso tras fracaso

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 27 mayo de 2014 Página Sección B

No cabe duda que no puede pasar una semana sin que tengamos que ver o escuchar de que vamos de mal en peor a nivel nacional o local. Esta semana el jefe de las finanzas nacionales, Luis Videgaray, de quien dicen que Peña Nieto propone y Videgaray dispone, salió a medios para bajarle al pronóstico del crecimiento que hicieron a principios de año, del 3.9% al 2.7%. Igualito que el año pasado que empezaron casi en el 4%, luego le fueron bajando, para terminar en un crecimiento real del 0.7%, nada. Ahora la discusión con el gobierno federal es si estamos en recesión o no, ya que el gobierno no quiere aceptar la realidad. “La economía va lenta” dice Videgaray. Gobiernos anteriores, todos del PRI por cierto, que tuvieron recesión, le llamaban “estanflación”, “atonía” y qué se yo, pero se negaban a reconocer la recesión, al igual que el actual. Dos años seguidos con crecimiento prácticamente cero es una recesión, aunque le quieran llamar de otra manera y mientras no se reconozca algo, no se pueden poner los remedios para cambiar las cosas. A nivel local, lo mismo. Por un lado el “Vive Bus Duarte”, la obra del sexenio que nos brindaría un transporte público “seguro, cómodo, rápido y ecológico” que iba a echarse a funcionar en abril del 2012, dijo Duarte durante la colocación de la primera piedra en marzo del 2011 y que después de un viacrucis en que metieron a la ciudad durante meses, es inaugurado personalmente por el gobernador el 24 de agosto del 2012, un retraso de 5 meses. Un año después, los concesionarios del transporte, la CTC, prácticamente se declara en quiebra, ya que dicen que deben 100 millones de combustibles y refacciones (cuando se dice que mueven a 175,000 usuarios diariamente, a $6 cada uno, nos da $31 millones mensuales de ingreso, que no se lo gastan en choferes, combustibles y refacciones), que necesitan subir la tarifa, para un transporte que no es ni seguro, ni cómodo, ni rápido, ni ecológico, que no cumplieron con ninguna de estas cualidades, y toda la gente lo sabe, para no entrar a detalles que son obvios. Pasan algunos meses de estira y afloja entre concesionarios y gobierno del estado, donde ya se habla de más de los 100 millones de adeudo. Finalmente el gobierno ordena la requisa, que publica en el periódico oficial, tomando posesión de la ruta troncal, después de mucho forcejeo con los concesionarios, inclusive físico y con amenazas de gente armada que los espiaban afuera de las instalaciones, y dejando a los concesionarios las rutas alimentadoras, ¡que eran las del problema! Para lo cual el gobierno ya les había autorizado a los concesionarios que trajeran camiones de desecho (chatarra rodante) de Estados Unidos para que pudieran cumplir con el servicio de las rutas alimentadoras. Como el cangrejo, ¡de reversa! Que dicen que también es cambio. Pero no contaban con el juez federal, Cuenca Zamora, quien les concede el amparo a los concesionarios, ya que para variar y no perder la costumbre, las cosas no las hicieron bien en el gobierno, ya ven cuantos casos han perdido el gobierno y Congreso del Estado. Una larga historia de este fracaso continuará por algunos meses más. El otro asunto es el la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, si leyó usted bien, la nacional, porque la estatal, bien gracias, ya ve que acaban de reelegir al mismo presidente que no había hecho nada por los derechos humanos, así que tuvo que intervenir la CNDH y denunciar a las autoridades que estaban entonces, por la tragedia del Aero Show de octubre del año pasado, donde hubo que lamentar 9 personas muertas y muchas heridas con lesiones permanentes. La denuncia es para el presidente municipal para abajo, quien dicho sea de paso, ha dado la cara desde el mismo momento de la tragedia y continúa dando la cara ante la denuncia de la CNDH, no así los empresarios de “Extremo Aero Show”, que recibieron 17 millones de pesos para llevar adelante el trágico evento y ni las pestañas asoman. ¿Serán intocables? Estos gobiernos del priato, van de fracaso en fracaso, para desgracia nuestra.