Viva el despilfarro

En días pasados nos enteramos de la autorización de tres nuevos partidos políticos en México: Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) de Andrés Manuel López Obrador; el partido Humanista (PH), cuyo dueño no se ha dado a conocer; y el Partido Encuentro Social (PES). Como si hicieran falta partidos políticos en México a los seis o siete existentes, para agregarle tres más, muchos de ellos satélites del PRI y algunos otros son negocios de una familia que recibe todos los privilegios económicos, sin rendir cuentas prácticamente a nadie, ya que aunque están obligados a presentar cada trimestre sus cuentas al INE, antes IFE, la verdad es que pueden poner que hicieron los gastos que quisieron, sin que nadie les diga nada. Eso sí, tienen que presentar sus cuentas, porque si no entonces sí los multan, como le ha sucedido a algunos partidos, pero para eso son las prerrogativas, en fin y al cabo solo es una multa al partido, sin consecuencia alguna para sus dirigentes. A estos nuevos partidos les vamos a entregar (digo vamos porque es nuestro dinero) a partir del mes de septiembre, la pequeña cantidad de $7.2 millones mensuales a cada uno, con lo cual pueden vivir y hacer negocios las familias dueños de estos partidos, como sucede actualmente con el Partido Verde y con el Partido del Trabajo, entre otros. Un país como el nuestro que tenemos, según cifras oficiales, más del 40% de la población en la pobreza extrema y que ahora el gobierno de Peña Nieto “dice” que va a acabar con ella, con su programa “sin hambre”, el cual lo único que hace es repartir despensas en las zonas marginadas, a donde llegan despensas incompletas y a destiempo, según las quejas públicas y donde se dice que esos faltantes están apareciendo para su venta en algunos mercados, no cabe duda que hasta con la pobreza se medra. Pero lo más grave es que como dice el dicho: “No me des un pescado, enséñame a pescar”, porque cuando tu gobierno dejes de darme la despensa voy a seguir en la misma pobreza. Crear empleos, educación para un mejor nivel de vida, es lo que debería de hacer un buen gobierno. Lo que están haciendo actualmente en este programa es un despilfarro y de mitigar por unos días el hambre, para poder luego decir que acabaron con la pobreza extrema del país, cuando es una farsa. Por otro lado nos enteramos que el Congreso del Estado mandó a la basura 102 iniciativas, sin mayor tramite, ni lectura de las mismas en comisiones, con el simple aval de la mayoría del congreso (PRI), y adicionalmente tienen 160 iniciativas sin dictaminar, entre ellas las cuentas de los principales municipios, cuya fecha de dictamen ya está bien vencida, pero para eso son diputados y tienen fuero, por lo que no les pueden hacer nada. Es un dineral lo que nos cuesta el congreso, para que actúen de esta manera. Viva el despilfarro. También nos enteramos que el gobernador César Duarte citó a todo su gabinete, incluyendo directores, decía la nota, para exigirles resultados ya que la ciudadanía estaba muy inconforme y que el reproche era para él, ya que él fue el que iba en la boleta electoral. Otra cacería de chanates, como le llamó el mismo gobernador a sus funcionarios, es lo que viene. Cuando una empresa falla en la iniciativa privada, normalmente el que sale botado es el director o gerente, ya que en muchas ocasiones cuando falla la cabeza, ésta quiere culpar a cualquier otro, menos verse en un espejo. Cuatro años de este gobierno estatal y lo que hemos visto es un endeudamiento enorme al pasar de 12 mil millones que recibió a 42 mil millones y con pocas inversiones productivas para los chihuahuenses, eso sí, fiestas de cumpleaños con Juan Gabriel y otros artistas conocidos. Viva el despilfarro. La ciudad de Detroit, otrora la capital mundial del automóvil, ya que ahí estaban las principales fábricas automotrices americanas, hoy se encuentra hundida en deudas de sus malos gobernantes al grado que ya se declaró oficialmente en quiebra y hoy viene en los periódicos que hasta el servicio de agua le han cortado a 15,200 usuarios y otros 92,000 se encuentran en riesgo de quedarse sin este elemental servicio, provocando protestas enormes en las calles de aquella ciudad norteamericana, exigiendo que les den el servicio del agua, ya que éste es un derecho humano. La ciudad de Detroit vivió en el despilfarro, su deuda es de 180 mil millones de dólares, prácticamente impagable a menos que entre el gobierno federal y ahora está pagando las consecuencias. Habría que vernos en ese espejo. ¡Viva el despilfarro!