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Una historia que se repite (y que no aprendemos)

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 23 diciembre de 2014 Página Sección B

Una historia que se repite (y que no aprendemos) Al término del sexenio de Salinas de Gortari esperábamos que el país tuviera mucha liquidez, ya que vendió casi todas las empresas del Estado, que pasaban de 2,000, incluyendo bancos, que tanto Echeverría y López “El Pillo”, habían ido nacionalizando o expropiando en aquella voracidad de quitarle todo a la iniciativa privada. Pero la sorpresa fue que Salinas dejó una deuda de 30,000 millones de dólares, que además debían pagarse de inmediato o declararnos en moratoria. Zedillo tuvo que suplicarle a Clinton, casi de rodillas, que nos salvara, y éste en un gesto de humanidad nos prestó el dinero a una “módica” tasa del 37%, cuando el interés en préstamos soberanos andaba en el 2%. Tuvimos que pagar 11,000 millones de dólares por año, ya que la economía quedó “colgada de alfileres”, le dijo Zedillo públicamente a Salinas y el descarado le contestó “Y para que se los quitaste”. Vinieron devaluaciones, tasas de interés que volaron hasta el 90% y las deudas se convirtieron en impagables, las gente perdía su casa, las empresas con préstamos no pudieron pagar esos intereses tan altos y tuvieron que entregar a cuenta sus propiedades (yo fui uno de ellos) y el país sufría una caída del -13% en el PIB para finales del 1er año de gobierno de Zedillo. Zedillo logra controlar la caída y cuando le entrega a Fox la presidencia todavía las tasa de interés andaban en el 18.62%. Fox logra estabilizar a México, entregando un país con tasas del 3% de crecimiento, prácticamente cero deudas, aunque algunos dirán, “pero los hijos de Martita…” sí es cierto pero nada comparado con lo que estamos viendo ahora….de nueva cuenta. Fox salió muy tonto para robar, pero muy listo para negociar la deuda de México y para administrar el país. El mundo entero nos enteramos del “regalito” que recibió “La Gaviota”, la famosa “Casa Blanca Mexicana” de más de 7 millones de dólares, por parte del grupo constructor Higa, que ya venía haciendo grandes negocios con Peña Nieto desde que éste era secretario de administración de Arturo Montiel (su tío) en el gobierno del Estado de México y que se acrecentó el negocio al llegar a la gubernatura Peña Nieto y no se diga a la presidencia de la república. De los últimos contratos a Higa está la obra hidráulica de la cuenca de Burgos por 47 mil millones de pesos, ¿Qué es la casa blanca?, ¡Nada! Según el diario “El Economista”, Peña Nieto compró una casa de 540 metros cuadrados en 1982 en 924 viejos pesos que equivalían a 13 dólares, ¡esto dice su declaración patrimonial!, cantidad que equivale a 572 de pesos actuales, o sea 39 dólares. Se parece al gobernador de Chihuahua, Duarte, que dice en entrevista en el programa “Punto de Partida” de Denisse Mearker, “A lo macho, no me di cuenta de lo que firmaba” cuando creó el fideicomiso de 65 millones (que ¿de dónde salieron?) para hacerse dueño de una buena parte de la Unión Progreso, cuando eso dice el fideicomiso en su 1era página. El asunto más grave de este gobierno es que con el lamentable problema de Ayotzinapa, de los 43 estudiantes desaparecido, se destapa una cloaca enorme, según el periódico Londinense “The Telegraph”, del 8 de diciembre, el año de más desaparecidos en México con Felipe Calderón fue de 3,957 y en el primero de Peña fueron de 4,514 y en lo que va de este año son 5,098, es decir que en el sexenio de Calderón fueron 12,998 desaparecidos y en tan solo dos años de Peña van 9,612. Estas son las cifras reportadas oficialmente, sabrá Dios cuantos desaparecidos son en realidad, pero el problema es sumamente grave y tiene al país muy inquieto. La historia se repite, pero los mexicanos no aprendemos. Ya sabíamos que nos iba a ir muy mal con Peña Nieto, ya quién compra la Presidencia de la República (como lo hizo él), acaba por vender al país y hacer del poder público una extensión de patrimonio personal y haciendo los grandes negocios al amparo del poder, ya que como dijo Duarte, el poder es para poder. No quisiera ser pesimista y menos en estas fechas, pero olvidemos por unos días estos temas y espero que mis lectores tengan una MUY FELIZ NAVIDAD en compañía de su familia.