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Y ahora... ¿Quién podrá defendernos?

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 2 diciembre de 2014 Página Sección B

Lamentamos profundamente que el gran Chespirito, mejor conocido como Chavo del Ocho, se nos haya adelantado en la partida, un gran creador de personajes muy queridos, estupendo actor, un hombre de vida totalmente sencilla, creador de frases célebres como la que encabeza este editorial. Descanse en paz y que Dios lo tenga en su gloria. Cambiando de tema abruptamente, pero contestando a la pregunta de ¿Quién podrá defendernos?, me parece que el viernes pasado ha nacido quién podrá defendernos: la Unión Ciudadana, que llevó a cabo su primera reunión en el Auditorio Municipal de la ciudad de Chihuahua, con un lleno total, al grado que Protección Civil tuvo que detener la entrada de más gente, ya que no sólo los lugares estaban totalmente ocupados, sino habíamos gente parada en los pasillos y en la parte posterior del inmueble, así como más gente queriendo entrar. La convocatoria corrió a cargo de connotados panistas y connotadas gentes de izquierda, principalmente, acudiendo gente de todos los sectores: estudiantes, empleados, trabajadores, amas de casa, empresarios, profesionistas, jubilados, etc. ¿Defendernos contra qué o quién? La gran mayoría de los chihuahuenses hemos padecido durante los últimos 4 años los abusos de un gobernante priista, que no sólo ha saqueado las arcas públicas en su beneficio personal, las que ha endeudado a niveles nunca pensados, $42 mil millones, que no se ve esa inversión por ningún lado, que es lo más grave, más la deuda corriente, que se calcula en más de 10 mil millones, ya ven que ahora hasta la Policía y los custodios de los Ceresos se han manifestado porque no les llega el sueldo completo, así como los choferes del recién creado y fracasado Estorbabús, que iba a venir a solucionar el problema de transporte de las ciudades de Chihuahua y Juárez y ha sido todo lo contrario. El gobernante priista no sólo apoyó con recursos que depositó en la Unión de Crédito Progresa, tan sólo el año pasado sobrepasó los 500 millones, sino que su propio secretario de Hacienda, que a la vez sigue siendo el apoderado legal de la Unión de Crédito, solicitó la autorización para convertirse en banco, que le fue concedida y empezará a operar en los próximos meses y que el gobernante priista aportó 65 millones al capital de la misma, a través de un fideicomiso, creado por él y su señora con tal fin. Pero no sólo eso, la intromisión evidente en los otros poderes del estado, donde pone sin mayor recato al presidente del Supremo Tribunal de Justicia, un excelente abogado, pero violentando todos las disposiciones para llevar a cabo la elección, así mismo en el Poder Legislativo, donde manda y ordena, como si fuera una dependencia del Ejecutivo. A las universidades públicas como son la UACh y UACJ les acaba de ordenar que suspendieran clases tres semanas antes que lo establecido en el calendario, obedeciendo sumisamente los rectores, aunque después haya salido el gobernador con que era "sólo una sugerencia", pero en el virreinato que ha impuesto el gobernador, las sugerencias se ejecutan de inmediato, para eso los puso el gobernador en ese puesto, ya ven que el rector de la UACh hasta va a las reuniones del PRI, sin ningún recato, y el rector de la UACJ es hermano del gobernador, quien también lo puso ahí. Como dijera el gran actor Pompín: "¡Qué bonita familia!". Y así podríamos seguir con los innumerables abusos de poder de la autoridad estatal priista, pero "no contaban con mi astucia", dijo El Chavo, y se apareció no un Chapulín Colorado, sino varios, y entre ellos un Pancho Barrio, ex gobernador del estado, que se había mantenido alejado de la política pública del estado y que ha resurgido para despertar al bronco de Chihuahua, que nunca hemos sido dejados y menos ante los atropellos de las autoridades y nos dijo: "Síganme los buenos", y vaya que sí lo vamos a seguir, sin que se "aprovechen de mi nobleza", ya que Pancho no aspira a cargo público alguno, no puede repetir de gobernador, así que sus intenciones son como dijo al final de su intervención: "Podrán amenazarnos ¿y qué más?, podrán mandarnos golpear ¿Y qué más?, podrán encarcelarnos ¿Y qué más?, ¡pero nunca podrán quitarnos nuestra dignidad ni nuestra libertad, así como poder decir nuestra verdad!". "Lo sospeché desde un principio", tanto con Duarte como con Peña Nieto, dos priistas que tienen el estado y el país al borde del colapso, pero no los vamos a dejar que "se aprovechen de mi nobleza".