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Duarte está por caer

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 10 marzo de 2015 Página Sección B

Después de la denuncia que presentara el líder de izquierda Jaime García Chávez ante la PGR, en contra de César Duarte Jáquez, gobernador del estado de Chihuahua, y de su secretario de Hacienda, Jaime Herrera, por enriquecimiento ilícito, evento al que se han ido sumando miles de chihuahuenses, entre ellos el senador del PAN Javier Corral, y han formado la Unión Ciudadana, organización que lucha en contra de la corrupción de los gobernantes, especialmente de César Duarte, la reacción del gobernante ha sido la que usan todos los que son atrapados, como se dice vulgarmente, con las manos en la masa, pero en el caso que nos ocupa han sido más burdas que lo normal. Después de la entrevista que le hizo la gente de la periodista Denise Maerker a nivel nacional y donde no le quedó otra que aceptar que sí tenía un fideicomiso de 65 millones de pesos, en cash, para invertir específicamente en la creación del nuevo banco que se pretende crear, cuando dice: "Firmo tantos papeles a diario... a lo macho que lo firmé sin leer". Lo anterior lo pinta de cuerpo entero. Aquí el asunto es muy sencillo: ¿De dónde sacó los 65 millones en cash para invertirlo? No le alcanza ni con la suma de todos los salarios que ha tenido como funcionario público, y menos como lotero de autos usados, que él mismo declaró, que fue. Si al gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, ya lo traen a nivel nacional porque tiene una cuenta bancaria "del otro lado", como decimos acá en el norte, sin importar el saldo de esa cuenta, si no ¿por qué tiene esa cuenta en el extranjero? Lo que ha seguido después es de dar pena ajena, veamos. La Unión Ciudadana ha seguido creciendo por todo el estado y fuera de él, donde hay chihuahuenses radicados por allá. El gobernador Duarte anda tan preocupado por el tema que atacó a Javier Corral en el Senado mismo, diciendo que Javier tiene dos hermanos que han tenido antecedentes de contrabando de drogas a los Estados Unidos y que por eso han sido detenidos, lo cual es cierto, pero eso fue hace muchos años y ya pagaron su pena, además una cosa es Javier y otra sus hermanos. Si el rector de la Universidad de Ciudad Juárez (UACJ), hermano del gobernador Duarte, la riega y comete cosas indebidas, no podemos decir que el gobernador es culpable por algo que él no hizo. El sábado antepasado la Unión Ciudadana convocó, desde muchos días atrás, a una reunión pública en la Plaza Hidalgo, pero fueron recibidos por porros plenamente reconocidos como gente totalmente afín al PRI, como la famosa Negra Tomasa, quien durante años le ha servido al PRI para este tipo de eventos, a cambio de favores del Gobierno. Un sobrino del presidente municipal también andaba con los porros pagados por el PRI. Afortunadamente no pasó a mayores, ya que la gente de la Unión Ciudadana no respondió a la agresión y el evento se llevó a cabo con más de dos mil personas. En esta semana que acaba de pasar, el gobernador Duarte le manda a 30 tarahumaras hasta la Ciudad de México a que se manifiesten afuera del Senado en contra de Javier Corral, con mantas y cartulinas perfectamente hechas, nada de garabatos hechos a mano, sino en imprenta. ¿Quién cree que los tarahumaras van a tener más de 200 mil pesos (costo aproximado para 30 personas, ida y vuelta) para ir hasta la Ciudad de México, aunque sea en camión, y con sus mantas muy bien impresas, cuando se están muriendo de hambre? Por otro lado, también manda a un ex presidente estatal del PAN a que presente denuncia en contra de Javier Corral, porque "él cree" que está metido en narcotráfico, sin prueba alguna, y por supuesto que los medios de comunicación le dan "la de ocho" a la nota, así como a su salida del PAN el día de hoy, cuando él estaba fuera desde hace algunos años, lo único que hizo fue hacer pública su renuncia. Sin embargo, poco se supo de la cancelación no sólo por la inseguridad, sino porque habían ejecutado a tres de los cuatro policías del pueblo, del ultramaratón en la sierra de Chihuahua llamado "Caballo Blanco", en Urique, al que vinieron participantes de varios puntos de la república y del extranjero. Pero cuando esto sucede el fiscal declara que ellos no sabían nada. La nota finalmente tuvo que salir, pero nada se dijo de los extranjeros que tuvieron que regresarse custodiados por el Ejército Mexicano, una de las pocas instituciones que todavía merecen la confianza.