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Los dichos no cambian la realidad

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 5 mayo de 2015 Página Sección B

Dicen que los dichos no cambian la realidad, lo que la cambia son los hechos. Lo anterior viene a cuento por las declaraciones a nivel nacional, como estatal, que ya la violencia ha disminuido. Al empezar el sexenio de Peña Nieto, se supo que había juntado a los gobernadores del país y les había dado la instrucción de ocultar las cifras de la violencia o cuando menos maquillarlas, para que la gente pensara que al entrar el nuevo gobierno, la situación de la inseguridad había cambiado. Así se ha estado haciendo durante estos casi tres años y alguna gente piensa que hay una sensible mejoría en este tema. En algunos lugares puede ser cierto, pero en otros estados la realidad es que la seguridad ha empeorado. La semana pasada, el secretario de gobernación, Osorio Chong, declaraba junto con su gabinete de seguridad, en Reynosa Tamaulipas, que los índices de violencia habían disminuido fuertemente en ese estado, mencionando algunas cifras, todas a la baja, en los asesinatos dolosos, asaltos, robos, secuestros, etc. Al mismo tiempo que él declaraba eso, en esa misma ciudad, las bandas de narcos incendiaban las instalaciones de la PGR, saqueaban comercios. ¿Cree que con solo decir que las cosas han mejorado, ya se convierten en realidad? A los dos días siguientes, no pudieron acallar la noticia que en el estado de Jalisco, que se había mantenido más o menos tranquilo, estalló la violencia con mucha furia. Desde la capital del estado, en ciudad Guzmán, en Tlaquepaque y a lo largo y ancho de Jalisco, y en poblaciones de los estados que colindan, Colima y Guanajuato (no vaya mi estimado lector a pensar en los nuevos estados que ha formalizado Peña Nieto de Silao y Lagos de Moreno, también en esta misma semana, ya ve usted que la geografía nacional, entre otros temas, se le da poco), también había habido bloqueos de carreteras, incendio de vehículos para detener la circulación, derribaron un helicóptero militar y todo el mismo día y hora en una acción muy bien coordinada por los narcos autollamados, nuevo cartel de Guadalajara. ¿Les podemos creer que ya no hay violencia en el País, por su solo dicho? También no pudieron acallar la noticia que en Acapulco, estado de Guerrero, los padres de los 43 desaparecidos, entre otra mucha gente, habían metido un camión de carga a la fuerza a la presidencia municipal y lo habían incendiado adentro. La violencia que parecía que estaba focalizada en tres estados principalmente, Tamaulipas, Michoacán y Guerrero, ahora amenaza con extenderse a otros estados, entre ellos a Jalisco, Colima y Guanajuato. Pero mientras tanto los voceros del gobierno federal dicen que el País marcha sobre ruedas y que la violencia es cada día menor. En el estado de Chihuahua, el gobernador César Duarte, declaro que se había eliminado al 100% el cartel de Juárez con la aprensión de su líder principal, Jesús Salas Aguayo (a) “El Chuyín”, en el poblado de Villa Ahumada, la semana anterior y que el carel de Sinaloa que también operaba en el estado de Chihuahua, había sido erradicado en un 90%. Sin embargo en la misma página de los periódicos, del mismo día, se mencionaba que el gobierno federal estaba tras otros tres principales operadores del Cartel de Juárez, por los que ofrece nueve millones de pesos (tres por cada uno), como recompensa a quien diera información que los guiara a su paradero. ¿Entonces se eliminó al 100% al Cartel de Juárez o son solo dichos para hacernos creer que ya se acabaron los problemas de la violencia) Acabo de visitar este fin de semana el museo de la Memoria y la Tolerancia, en la ciudad de México, que vale la pena visitar, donde se habla de los crímenes contra la humanidad, empezando por el Holocausto Nazi contra los Judíos, en donde mantuvieron engañados a millones de Judíos que les decían que no había mejor actividad para el ser humano que trabajar, mientras los iban matando en los campos de concentración y mantuvieron engañados no solo a los Judíos, si no al Mundo entero. Las cosas no cambian por los dichos, si no por los hechos.