IVA a alimentos y medicinas, PRI

Esta semana salió una noticia que pensé que iba a ser una bomba en los medios, pero nada, parece que los medios fueron aplacados rápidamente, así que poco se ha dado a conocer, así como tampoco se ha sabido que los organismos empresariales hayan manifestado su malestar o estar en contra de tal medida, salvo una nota que aparece hoy domingo en El Heraldo, de declaraciones de unos diputados del PAN. Según circular del SAT (Sistema de administración tributaria) dice que a partir del primero de julio, es decir el miércoles de esta semana, todos los alimentos preparados deberán de pagar 16% de IVA. ¿cuáles son los alimentos preparados, según el SAT? La lista es bastante larga: bebidas distintas de la leche (esa no paga), como son los jugos, néctares de fruta o verduras, cualquiera que sea su presentación, densidad o el peso del contenido de las materias. Pero la lista continua, “se aplicará la tasa del 16% del IVA a la enajenación de alimentos a que se refiere el presente artículo (Regla 4.3.6), preparados para su consumo en el lugar o establecimiento en que se enajenen, inclusive cuando no cuenten con instalaciones para ser consumidos en los mismos, cuando sean para llevar o para entrega a domicilio”. Es decir si los comen ahí en el mismo establecimiento o se los lleven. También los polvos, jarabes, esencias o extractos de sabores que al diluirse permitan obtener refrescos. Pero agárrense que viene lo bueno, alimentos preparados son, por supuesto, las gorditas, las quesadillas, los burritos, los tacos, las tortas, las flautas, las sincronizadas, las gringas, sopes, huaraches, tamales, pambazos, tlacoyos, y la lista de todo lo que come el pueblo mexicano. La base para cobrar el IVA en alimentos preparados, que si pensamos son casi todos, es que la Cámara de Diputados les autorizó que en caso de una emergencia nacional, el SAT puede poner los impuestos que sean necesarios para afrontar la situación y como el precio del petróleo ha caído a menos de la mitad del precio del presupuesto de ingresos de la nación, pues lo que el PRI había negado hasta el cansancio y se rasgaban las vestiduras cada vez que se tocaba el tema e inclusive en alguna elección se lo endilgaron al PAN, “¡Que cómo era posible que se quisiera poner IVA los alimentos y medicinas, que eran básicos para el pueblo mexicano!”. Pues ahora resulta que muy a la sorda, pero hay nos va un nuevo incremento a la ya deteriorada economía de los trabajadores mexicanos. La disposición del SAT está muy mal elaborada, como todo lo hecho por este gobierno de Peña Nieto, (¿Será por eso que se menciona a Videgaray como posible presidente nacional del PRI?) No dice quiénes son los sujetos causantes de dicho impuesto, si los consumidores o el establecimiento o estanquillo que vende el producto, porque no dice que este impuesto lo cause el que elabora el alimento. Lo que sí le puedo asegurar es que de entrar esta nueva disposición del gobierno priista de Peña Nieto, todos los alimentos mencionados y más, van subir un 16% de precio, independientemente de quién sea el causante. El consumidor sea en el establecimiento o en el puesto callejero, tendrá que pagar el IVA. Como dice el dicho, ya no me importa quién es el causante, si no quién me las pague, que yo espero que sea en las próximas elecciones a través del voto de castigo. ¿Por qué el gobierno priista se esperó a que pasaran las elecciones del 7 de junio para anunciarlo? Las razones son obvias, si así les fue mal, ya platicábamos la semana anterior que el PRI solo ganó 25 distritos de mayoría, pero que aliados con el Verde, sumaron 160 distritos más, contra 55 que ganó el PAN de mayoría, que también nos fue mal, realmente los ganones fueron MORENA, Movimiento Ciudadano y poquito los mini partidos. ¿Y el IVA a las medicinas? Se preguntaran mis cuatro lectores. Con este gobierno que ha llevado al país al estancamiento económico y a entregárselo a los extranjeros, les digo que al rato, al rato llegará también el IVA a las medicinas, porque cuando un gobierno es ineficiente, la única salida que tiene es aumentar los impuestos, en lugar de ver como pueden bajar los gastos, sobre todo en el exceso de burocracia que hay en todos las dependencias gubernamentales. Hacer las obras a menor costo y de mejor calidad, claro que para eso se necesita dejar de exigirles “El Moche” a las constructoras.