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Va para arriba Javier Corral

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 4 agosto de 2015 Página Sección B

El debate entre los contendientes por la presidencia nacional del PAN el pasado jueves por la tarde- noche, que fue transmitido por YouTube y posteriormente lo replicaron algunos canales de televisión, como Milenio y localmente en Chihuahua el Canal 28, estuvo muy interesante y el análisis que yo hago es desde varias perspectivas. En cuanto a la estrategia. No cabe duda que Ricardo Anaya iba dispuesto a echar todo (clara señal que siente que va para abajo, si no su postura hubiera sido muy condescendiente), sobre todo con mucha agresividad para Javier, tratando de apabullarlo y hasta de regañarlo, ya que le dijo que se peleaba con todo mundo. Ricardo iba preparado para agredir ya que llevaba cartelones y fotografías donde quiso juzgar a Javier como comunista porque se retrató con el dictador cubano Fidel Castro Ruz, para siempre terminar diciendo que él busca la unidad y la regeneración del partido, sin embargo su dicho y sus hechos cuando ha tenido la oportunidad de corregir muchas cosas que están mal en el partido, dicen lo contrario a su discurso (cuando fue presidente sustituto de Gustavo Madero). Si realmente Ricardo buscara la unidad, desde su primera intervención hubiera invitado a Javier a caminar juntos para lograr sacar el partido adelante, que hoy por hoy ha dejado de ser una opción para los ciudadanos, como todos los partidos en México. Opción que los ciudadanos buscan desesperadamente, ante un Gobierno como el de Peña Nieto que analizábamos la semana pasada. El periódico Reforma publicó en esta misma semana en su primera plana, que la popularidad del presidente ha caído al 34%, nivel que ningún presidente ha tenido y menos a la mitad de su mandato. Con esta estrategia, el queretano sólo demostró que no midió bien a su rival, ya que todos los tiros le salieron por la culata, ya que se metió al terreno que Javier domina a la perfección, que es el debate en donde ha sido reconocido como los mejores parlamentarios que tiene México y aunque lo quiso hacer enojar, casi burlándose de Javier, le dijo "pero no te enojes", cuando en realidad el que estaba molesto por no poder con su rival, era el de Querétaro. La estrategia de Javier no supimos cuál era, ya que en cada réplica y contrarréplica se defendió de la andanada de golpes que le tiraba Ricardo, saliendo excelentemente bien librado, como sólo él sabe, con la palabra. Por ejemplo cuando Ricardo dice que el padrón lo van a limpiar de los miles de "cachirules" que metieron el año pasado, es decir que primero gano la elección y luego ya me porto bien, pero Javier le dijo que eso se podía hacer ahora mismo "¿A poco no?", le remató con la frase que hizo famosa Ricardo cuando fue presidente sustituto de Madero, todo es cuestión de querer, a lo que el queretano no respondió. Con lo del dictador cubano, Javier usando su excelente memoria se la devolvió con lumbre, exhibiendo a Ricardo de no conocer el partido. Le dijo que los acercamientos con el dictador eran estrategia del PAN para ver cómo podían abrir espacios para el respeto a los derechos humanos del pueblo cubano, que se encontraba reprimido totalmente y que en eso participaron gentes como Carlos Castillo Peraza (qepd), Gabriel Jiménez Remus (qepd) y Luis Felipe Bravo Mena, entre otros connotados panistas. Después Ricardo guardó silencio, al igual que cuando Javier lo acusó de que tenía las manos hinchadas de tanto aplaudirle a Peña Nieto, al día siguiente de los de Ayotzinapa. Tampoco contestó nada cuando Javier le reviró de usar recursos públicos del grupo parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados en su campaña por la presidencia que además inició fuera de tiempo desde hace cuatro meses o más. Javier se vio en su área de confort, no se alteró ni perdió la compostura. Ricardo iba dispuesto a descarrilar al chihuahuense, pero la estrategia sólo lo hundió más. Javier va para arriba y ha tenido muy buena respuesta en todo el país, con su campaña "La rebelión de las bases".