Seguimos con el maquillaje

Los anunciados cambios en el gabinete del presidente Peña Nieto llegaron esta semana pasada. ¿Cambios? En realidad sólo unas pinceladas de maquillaje para hacer creer a los mexicanos que se va a corregir el rumbo. Mucho ruido y pocas nueces, dice el dicho. De todos los cambios, sólo tres de los secretarios quedaron fuera del gabinete: Chuayffet, a quien siendo parte importante del grupo Atlacomulco lo dejan fuera por motivos de salud, ya que tenía tres semanas enfermo. Martínez y Martínez, ex gobernador de Coahuila, quien en tres años no dio pie con bola y el campo seguía abandonado totalmente. Murillo Karam, que después de todos los problemas de inseguridad fue el que pagó los platos rotos. Los demás sólo cambiaron de lugar. Lo más grave es que algunos de estos cambios son inentendibles, como el de Claudia Ruiz Massieu Salinas, sobrina del expresidente Carlos Salinas de Gortari, hoy uno de los hombres más poderosos en el Gobierno de Peña Nieto, sin tener puesto alguno. Ella estaba en Turismo, que siendo de Acapulco, se pudiera entender que algo le sabía al asunto, pero ahora, ¿en Relaciones Exteriores? Así como decía el Chapulín Colorado: "Así como digo una cosa digo la otra". El que sí llama la atención es el caso de José Antonio Meade, cuya historia se remonta al gabinete del panista Felipe Calderón, que primero fue secretario de Economía y después lo pusieron de secretario de Hacienda. Con la llegada del priista Peña Nieto se queda en Relaciones Exteriores, y en este cambio lo mandan a Sedesol, es decir que el hombre es un verdadero "todólogo", y pareciera que lo están apuntando como el sucesor de Peña Nieto, al haber ocupado tanta secretaría. Al gobernador de Querétaro lo mandan llamar a Sagarpa, en ambos casos se dice que también son por recomendación de Salinas de Gortari. De los pocos cambios que sí tuvieron sentido fue el de José Reyes Baeza, ex gobernador de Chihuahua, quien ya ocupaba la dirección del Fovissste y ahora pasa a la dirección del ISSSTE, tema en el que de alguna manera ya tenía tres años trabajando y con buenos resultados como administrador de dicho ente público, además de sus antecedentes en el Gobierno del Estado, al que no le aumentó a la deuda, como el actual gobernador, al pasar de 12 mil a 43 mil millones la deuda en tan sólo cinco años, y lo que los chihuahuenses se preguntan: ¿En dónde se han invertido? Este nombramiento son malas noticias para el gobernador de Chihuahua, César Duarte, ya que ha sido público y conocido el gran distanciamiento con Reyes Baeza y su grupo, desde el mismo día de la toma de protesta del segundo, y no sólo eso, sino que al día siguiente del nombramiento de Reyes Baeza la Auditoría Superior del Estado, que depende del Congreso estatal, pero que en realidad recibe órdenes del gobernador, metió una demanda en contra de Marco Adán Quezada, ex presidente municipal de la capital del estado, por el caso del Aeroshow, lamentable evento de dos años atrás y que hasta ahora (que se arrancan los presuntos aspirantes a gobernador) lo quieren enjuiciar, pero más que nada para inhabilitarlo en la carrera gubernamental por ser parte del grupo de Reyes Baeza, en lugar de preocuparse y ocuparse de las víctimas a las que no se les ha acabado de atender en su desgracia. El chihuahuense que tiene más línea directa con el presidente hoy es Reyes Baeza. El otro nombramiento que también es mala noticia para César Duarte es el del presidente nacional del PRI, Beltrones, quien no la juega con Duarte tampoco. Puesto al que Duarte se había encargado de hacer creer que él podía llegar, o a alguna secretaría, pero por lo que se vio, no figuraba en las listas de los posibles. Todavía unos días antes del destape de Beltrones, Duarte dijo que "no le tocaba a él anunciarlo", como si ya trajera en el bolsillo del saco el nombramiento de jefe nacional del PRI. Beltrones ni tan siquiera es del grupo Atlacomulco, más bien de Salinas de Gortari, recordar que éste era el gobernador de Sonora cuando el magnicidio de Luis Donaldo Colosio, y voló a Tijuana para sacar a Aburto de la cárcel y a las dos horas regresarlo, pero ya no se sabe si era la misma persona, todo esto por órdenes del presidente Salinas de Gortari. Los verdaderos cambios que se esperaban era el de Gobernación y el de Hacienda, pero éstos permanecen intocables. Sólo maquillaje.