No hay que llorar, hay que saber perder

Dice la canción de Cuco Sánchez que “cuando un amor se va (el pueblo de Chihuahua), que desesperación, nada consuela mi corazón, dan ganas de llorar, el amor que se aleja y nos deja sin compasión, pero no hay que llorar, hay que saber perder”. La canción empieza con el toque que solo Cuco Sánchez sabía darle a su guitarra y esta canción era con un dejo de tristeza. Viene al caso, porque los señores del PRI, aparte de perder la elección de gobernador, la mayoría del congreso y la mayoría de las presidencias municipales, sobre todo las más importantes, aparte de perder, no saben perder ya que después de que su candidato Serrano reconoce al día siguiente de la elección, que había perdido y hasta el presidente Peña Nieto lo reconoce y le llama a Javier Corral para felicitarlo y ahora resulta que mi mamá dijo que siempre no y faltando un cuarto para las doce para que se venciera el plazo para las impugnaciones, el PRI impugna la elección, porque sus 650 abogados, dijo el presidente estatal del PRI, Guillermo Dowell, “descubrieron” que según su contabilidad de 3,600 casillas, de las más de 5 mil que se instalaron en el Estado, hay un sobrante de 170 mil boletas electorales, lo cual les indica a ellos que el PAN cometió un fraude hormiga en esas casillas y ¿por qué no pensar que el PRI es el que intentó hacer el fraude?, conociéndolos como son. Pero el presidente del Instituto Estatal Electoral, Arturo Meraz, de inmediato les contestó que en todas las elecciones se imprimen boletas de más para las casillas especiales, para la gente que anda en tránsito fuera de su lugar de residencia y pueda votar por gobernador y que en esta ocasión se imprimieron 135 mil boletas adicionales para ese efecto. Dicen que hay que saber perder con dignidad, así como el que sale victorioso debe de ser magnánimo con el perdedor, pero estando las cosas como están, creo que difícilmente se dará una cosa o la otra. ¿Qué sucedió en estos 10 días después de la elección? Yo creo que no supieron digerir la derrota, sobre todo tan grande que se quedaron prácticamente sin nada, ya que no solo pierden la gubernatura, sino que donde les fue muy mal fue en el Congreso del Estado ya que solo ganaron 5 diputados de mayoría y “puede ser” que les den otra plurinominal, ya que en sus alianzas con los otros partidos que siempre los han traído como parásitos, “les regalaron” todas las pluris, porque pensaban que iban a arrasar con carro completo. ¿Qué otra cosa pudo pasar? Se puede pensar que como Javier Corral se negó a que sacaran otros “miles de milloncitos” de préstamo, para aumentar la deuda estatal, de 43 mil millones de pesos, cerrar la cifra en 50 mil, porque ahora las leyes dicen que ningún gobierno se puede ir dejando deudas con sus proveedores y traen a muchas compañías que no les han pagado y están a punto de quebrar ante la falta de pago. Eso es lo que dice el secretario de hacienda estatal, Jaime Herrera, pero la verdad es otra, no tiene para pagar ni las nóminas que les faltan para entregar este gobierno, que son 4 meses y por otro lado quieren agarrar liquidez para tratar de limpiar un poco la casa por dentro, aunque eso es imposible, porque hay cosas que ya no pueden cambiar. Pero por otro lado César Duarte acaba de declarar, en modo de presunción, que en este sexenio hizo crecer el presupuesto anual del estado de 30 mil millones anuales, a 63 mil millones, entonces ¿donde están esas cantidades de dinero tan grandes, que sí lo son, porque todavía no llegamos a medio año y ya no tiene ni para las nóminas?, no se diga para los aguinaldos. Yo creo que también lo que quieren es tender una cortina de humo para que el Gobernador Electo, se distraiga en un recurso que se puede ir del tribunal estatal al federal y decidirse de último minuto, porque con los plazos que tienen para resolver las impugnaciones son de 45 días en el estatal y otros tantos en el federal, pero no lo lograrán ya que Javier Corral ya está trabajando en toda la planeación de su gobierno y todo lo que eso implica. Hay que saber perder y hacerlo con dignidad.