Una protesta, ¿para qué?

El miércoles de la semana pasada se llevó a cabo ¿una protesta? que nunca quedó claro para qué, ya que algunos decían que era para “tomar el palacio”, otros decían que era “para echar fuera al gobernador Duarte” y lo que se esperaba fuera una protesta pacífica, se convirtió en una agresión violenta al palacio de gobierno estatal y a sus policías que lo resguardan. Ninguno de los dos fines más mencionados tenían el más mínimo sentido. Los chihuahuenses ya habían decidido de manera pacífica, ordenada y democrática, que el gobernador Duarte se fuera, a través de su voto expresado en las urnas el domingo 5 de junio, es solo cosa de esperar los tiempos legales que marcan el 3 de octubre para la toma de protesta del nuevo gobernador y 30 días antes, según la ley, deberá hacerse la entrega recepción, aunque habiendo buena voluntad, que en este caso no la hay, se empieza con ese proceso hasta con 90 días de anticipación. Circulan videos en donde se ve con mucha claridad que llegaron agitadores profesionales en camiones y que se identificaban con un pulsera verde, algunos de ellos con radios Motorola de un modelo que solo se le vende a la policía. Dentro de los detenidos se dijo primero que había 30 oaxaqueños, es decir que el problema de Oaxaca se está exportando a todo el país ante la inutilidad de dialogar de las autoridades federales, así que el momento era el menos propicio para hacer una protesta, pero ninguno de los que se ven en los videos tratando de derribar las puertas de palacio o quebrando los vidrios de las ventanas, fueron los detenidos. Ahora resulta que algunos voceros del PRI dicen que todo el peso de la ley a los manifestantes y a los que realmente hicieron los daños, ya los soltaron. Ahora quieren desaforar a los dos diputados del PAN que acudieron a la manifestación, pero queda claro que ellos no fueron los autores materiales de los desmanes, al contrario, sin quererlos defender, pero hay videos donde se ven tratando de detener a la gente, como lo hicieron algunos periodistas. Adicionalmente la gente de la ciudad de Chihuahua andaba muy molesta por varios problemas que estaban padeciendo y con justa razón había un malestar tremendo. La ciudad se había quedado sin gasolina desde el día siguiente de la elección (curiosamente), luego se fue regularizando y de nuevo el lunes 20 vuelve el problema y de cada 10 gasolineras solo había una abierta en promedio y por supuesto con largas filas para poder comprar el combustible, lo que fue provocando conatos de violencia y desesperación con la gente que veía que se le terminaba la gasolina y no podía abastecerse. Las autoridades de PEMEX y el gobernador guardaron silencio ante ese grave problema, haciendo que circularan muchas versiones que hacía enojar más a la gente. El fracasado Vive Bus, que cada vez está en peores condiciones de servicio, ya que cada vez pasan menos camiones y con la temperatura a los 40 grados y la gente esperando muchos de ellos en el sol, ya que las terminales estaban abarrotadas y además los autobuses pasaban llenos y no se detenían a recoger más pasaje, con el enojo de la gente. 47 colonias se encontraban sin agua, al parecer porque una maquinaría de la CFE había reventado una línea principal y las autoridades correspondientes no daban una razón de para cuando volverían a contar con agua y con el calorón que estaba haciendo. Algunas colonias que ni agua tienen, que les surten con pipas el vital liquido, también empezaron a recibir con menos regularidad el agua. Todo parecía como una broma, decía la gente, pero una broma macabra o de muy mal gusto. Una protesta, ¿para qué? y en el peor momento. Decía Jean de la Fontaine: “Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda”. Y ahora están de moda las manifestaciones, la semana que entra hablaremos de la manifestación gay en la ciudad de México este fin de semana, encabezada por la nueva embajadora de Estados unidos Roberta Jacobson. ¿Tratando de impulsar la iniciativa de Peña Nieto?