El PRI en caída libre, ni duda cabe

Ni duda cabe que el PRI va dando tumbos, bajo el mando de Peña Nieto. Ejemplos hay muchos, pero recientemente podemos considerar varios que así nos lo indican con toda claridad. En mayo de 1994, Ernesto Zedillo, candidato presidencial del PRI, declaró que de llegar a presidente mantendría una “sana distancia” con su partido. Ya desde entonces Zedillo se daba cuenta que la política de que todo tenía que venir con la bendición o la línea de Los Pinos tenía que acabarse. Esto provocó problemas entre los priistas, quienes como niños huérfanos batallaron para escoger a su candidato a la siguiente elección, Francisco Labastida, quien a la postre perdió contra Vicente Fox. Como niños no sólo huérfanos, sino sin un solo pariente que les ayudara a resolver sus candidaturas, que antes bajaban desde lo alto de Los Pinos, fue que crearon la Conago, donde los gobernadores priistas trataban de echar abajo al Gobierno panista y de resolver sus candidaturas, que a la postre terminó en una especie de virreyes en donde cada gobernador mandaba a su gusto en su territorio. Doce años duraron así, hasta que llegó de nuevo el PRI con Peña Nieto, guiados de la mano de Televisa, y de nuevo han ido regresando a la ley del “dedazo”, con algunas excepciones donde Peña Nieto permitió que el virrey local pusiera a sus delfines, como el caso de Chihuahua, y finalmente perdieron la elección. Pero se acabó y ahora el que manda es el presidente. Les acaba de imponer, en contra de sus propios estatutos, al ex director de la CFE, que es del grupo cercano a Peña, Enrique Ochoa Reza. Buen tecnócrata, pero nunca ha sido candidato ni ha ocupado cargo partidista, así que no sabe ni quién es quién en el PRI, ni cómo se mueven las cosas, simplemente es del primer círculo del presidente. El mismo presidente que hace dos años en una entrevista de televisión ponía muy en alto a los jóvenes priistas (el “Nuevo PRI”, ¿se acuerdan?) que gobernaban en los estados y menciona a Javier Duarte, de Veracruz; César Duarte, de Chihuahua, y Roberto Borges, de Quintana Roo. Los tres se encuentran hoy en la picota por desvío de fondos públicos, al grado que la PGR puso una demanda en contra de ellos por quererse proteger nombrando ya de salida a su procurador Anticorrupción y por querer endeudar más sus entidades a sólo meses de salir. Duarte, el de Chihuahua, corrió a entrevistarse con Peña Nieto, seguramente para investigar de qué se trataba, pero el presidente ni lo recibió. Pareciera que el presidente quiere enderezar el rumbo, pero no se atreve porque luego ¿quién cerraría la puerta?, empezando por él mismo, simplemente recordar la “Casa Blanca”, las residencias en Malinalco, en Ixtapan de la Sal, así como los viajes costosísimos al extranjero con más de 400 invitados y vestidos de la Gaviota de miles de dólares. El país está que arde, los maestros con sus manifestaciones que ya se empiezan extender por todos lados, no sólo en Oaxaca y la Ciudad de México. Los asaltos, ejecuciones y demás que se han recrudecido en varias partes del país, como Tamaulipas, Michoacán, Guerrero, entre otras entidades. El presidente entercado en sacar adelante su iniciativa de ley para reconocer la unión de los gay como matrimonio, lo cual va contra toda naturaleza, lógica, principios, pero Peña dice que para poder estar dentro de la ley, ya que la Suprema Corte así lo determinó. Para estar dentro de la ley ¿No deberíamos empezar por meter a la cárcel a todos los gobernantes corruptos? No alcanzarían las cárceles del país. Pero además, no se le puede llamar matrimonio a lo que es una unión entre personas. Desde el inicio de la creación, Dios, quien quiera que éste sea para cada quien, creó al hombre y a la mujer, si no fuera así, no habría humanidad, porque es la única forma de reproducir la especie. Es como querer desaparecer la humanidad o querer que sea de día cuando es de noche, son cosas que aunque quisiéramos, jamás lo lograremos. ¿Por qué la terquedad del presidente en un tema que sólo lo ve bien un grupo muy reducido de ciudadanos? Hoy los gay se dicen atacados, pero la verdad es que ellos pueden hacer con su vida lo que quieran, pero no podemos llamarle al día cuando es de noche. El PRI dando tumbos.