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Un nuevo amanecer para Chihuahua

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 4 octubre de 2016 Página Sección B

El martes que aparece publicado este editorial, hay un nuevo amanecer para el estado de Chihuahua. Este día toma protesta como nuevo gobernador del estado Javier Corral Jurado, segundo gobernador panista, después de Pancho Barrio (1992-1998), después de 18 años de gobiernos priistas, que fueron unos más malos que otros, pero este último sí nos salió refinado, pero como dice el dicho, “no hay mal que dure cien años, ni hay quién lo aguante”, y parece que esto último es lo que pasó con los chihuahuenses. La sociedad chihuahuense en general tiene la percepción, en muchos casos bien fundada, de que esta Administración estuvo dominada por la corrupción, enriquecimiento ilícito, un autoritarismo que se reflejó en el desprecio a las instituciones y una perversidad en su trato con sus adversarios políticos. ¿Por qué es bien fundada? Ahí tenemos la demanda penal que puso Jaime García Chávez, que después se le sumó el hoy gobernador y mucha gente de Unión Ciudadana, sobre un fideicomiso por 65 millones de pesos para invertir en acciones del futuro banco Progresa, cantidad de dinero que no ha podido comprobar su origen. Así como las entrevistas que le hizo Carlos Loret de Mola, le dice que compró ranchos al por mayor empezando desde que llegó a gobernador, y Duarte contesta que no fue así que “eran unos potreros que andaban por ahí alrededor de su rancho y él lo que hizo fue sumarlos al mismo”, como si fuéramos unos totales ignorantes, cuando todo mundo sabe que un potrero es un rancho y eso de sumarlos a su rancho se le llama “compra”, pero parece que el hoy exgobernador siempre tuvo conflicto en el uso de los términos, ya ven que dice que Chihuahua no tiene deuda, que es “bursatilización”. El mejor ejemplo de esta percepción generalizada la tenemos en el resultado de la votación, que le dio un abrumador golpe a su candidato a gobernador Serrano, que tuvo que pagar los platos rotos de Duarte. Los chihuahuenses así lo ven. En cuanto a su autoritarismo y su perversidad con la oposición, es insuficiente el papel y la tinta para hacer un recuento de los daños, pero sólo mencionaré algunos: Quitó al presidente magistrado del Supremo Tribunal de Justicia, Vázquez Quintero, para poner a su paisano y amigo Miguel Salcido, y cuando éste ya le estorbaba, lo quitó mediante jugosa pensión y puso a su amigo Gabriel Sepúlveda. Lo mismo hizo en la Universidad Autónoma con el rector, al que llevaba a los eventos priistas, perdiendo toda dignidad de la “autonomía”, y lo mismo se metía hasta en la dirección de las facultades, como en Contabilidad, donde quitó a Alfredo de la Torre y puso a Liliana Álvarez, a la que quiso hacer rectora días antes de dejar la gubernatura. Qué decir de panistas que se veían muy auténticos como Héctor Ortiz, Jaime Beltrán del Río, Miguel Jurado, Cruz Pérez y muchos más a los que no sólo los “convenció” de salirse del PAN, sino que se convirtieran en sus feroces enemigos, que de nada les sirvió, porque la ciudadanía ya no se chupa el dedo y termina votando por el PAN a pesar de todas las alianzas que hizo el PRI, que a la postre lo dejó sin diputados ni regidores. Hoy los chihuahuenses tienen puestas sus esperanzas en el nuevo Gobierno estatal, al que han dejado en quiebra financiera, pero lo más grave es el desorden, donde todas las dependencias hicieron lo que quisieron. El gran reto para los que estaremos colaborando con el nuevo gobernador es hacer las cosas con toda transparencia, honestidad, eficiencia, que puedan nivelar el barco que está bastante hundido y se puedan empezar a hacer obras de infraestructura por el bien de Chihuahua, como hospitales, escuelas, carreteras, presas y todo el apoyo para que los empresarios locales, nacionales y extranjeros inviertan en nuestro estado, generando más y sobre todo mejores empleos. Otro gran reto que la gente está esperando que se resuelva es el desastre del sexenio, el Vivebús; lo que sería la obra sexenal se convirtió en el gran fracaso y que tiene a la gente muy molesta por el pésimo servicio, y con justa razón. Otro asunto grave es detener la inseguridad que ha vuelto a reaparecer en forma muy fuerte, aunque los que conocen dicen que nunca desapareció, que sólo la ocultaron y que la gente no nos enteráramos. ¡Un nuevo amanecer para Chihuahua ha llegado!