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Trump o Clinton, una amenaza para México

El Heraldo de Chihuahua Chihuahua, Chih. 8 noviembre de 2016 Página Sección B

El día que aparece este editorial, martes 8 de noviembre, se llevarán a cabo las elecciones más competidas en los Estados Unidos, donde los ciudadanos de aquel país votarán por el menos malo, ya que los dos tienen unas propuestas muy malitas, desde mi punto de vista, y es por ello que a sólo unas horas de la decisión la gente no sabe quién va a ganar. La elección en Norteamérica no se lleva a cabo como en México, no necesariamente gana el que tiene más votos. Me explico. La gente de cada estado va a votar, y quien gane ese estado, se lleva todos los “votos electorales” de ese estado, es decir que en California, que es uno de los estados importantes, gana Hilary por un voto, a ella le dan 55 votos electorales que vale California. Texas vale 38 votos electorales y se los lleva quien obtuvo más votos, pero sólo le acumula esos 38 votos. El total de votos electorales son 538 votos, de tal manera que el que logre 270 votos electorales es el que gana. Un sistema democrático un poco extraño, pero así han vivido toda su vida. Por otro lado hoy, martes 8, es el último día que la gente puede ir a votar, pero la ley permite que los ciudadanos emitan su voto desde una semana antes y la fecha final es hoy. De tal manera que se gana por estados, no por ciudadanos, por eso se habla que la pelea final está entre otros estados como Florida y Nueva York, que valen 29 votos electorales cada uno, por eso este fin de semana es donde estuvieron concentrados los candidatos y sus apoyadores. Pero como los votantes se tienen bien contabilizados, desde el domingo algunos estados ya estaban ganados por alguno de los candidatos, ya que aunque fueran en contra todos los votos faltantes, ya se le consideran ganados para algún candidato, sin ser oficial por ejemplo 252 votos lleva Hilary y 126 llevaría Trump, que parece que ya va de gane Clinton, pero los estados que faltan le pueden dar la vuelta, ya que faltan 160 votos de algunos estados que todavía no se definen. Los dos candidatos son muy malos para México, aunque en principio Trump es peor que Clinton. El primero es un hombre que está medio loco, ha atacado a los mexicanos y dice que los va a correr a todos, ya que casi, casi, dijo que es la escoria de ese país, y por lo tanto los deportaría a México. ¿No ha meditado el hombre que sería un gravísimo problema para ellos, como para nosotros? Dijo que construiría un muro entre las dos naciones de 10 metros de altura y que nos obligaría a pagar, apropiándose de las remesas que mandan nuestros connacionales y que son del orden de 138 mil millones de dólares, más importante que las divisas del petróleo. A las mujeres las ha despreciado y casi las ha tratado como objetos que pueden ser acariciados al gusto del hombre, aunque sea sin el consentimiento de la mujer. Sin embargo la gente sigue creyendo en él porque le ha gustado su lenguaje abierto y agresivo para quien, aun siendo inmigrante en aquel país, pero se considera ya dentro y por eso apoyan que ya no dejen entrar más inmigrantes. Hilary también es un peligro ya que ha manifestado sus intenciones de revisar el Tratado de Libre Comercio, al igual que Trump, y esto puede llevar a consecuencias graves en la economía de México, ya que la ley del más fuerte se impondría y toda la industria automotriz, del calzado, entre otras, sufrirían las consecuencias. Hilary es apoyadora del aborto desde las primeras semanas hasta las últimas, creencias que tratarían de imponer a sus vecinos del sur (nosotros), ya que siempre nos han visto como su patio trasero que debe hacer los que ellos digan. Con Trump no sólo peligramos nosotros como vecinos que somos, sino peligraría el mundo con un loquito como este que le podría declara la guerra a Rusia o a China, con quien las relaciones andan bastante mal desde ahora, y como Trump ha sido un hombre que siempre ha hecho lo que le viene en gana, ya lo vemos hablándole a gritos a Putin o al de China. Como dicen las viejitas de nuestros pueblos: “Que Dios nos agarre confesados”, sobre todo con Trump.