Los asaltantes de cuello blanco

Nuestro país se encuentra a merced del hampa, no del narcotráfico o los de la línea, que son peligrosos, sino de una banda mucho más peligrosa, quienes son protegidos por la ley que solo ellos pueden aplicar, que son los gobernadores del PRI, encabezados por su presidente Peña Nieto, se han dedicado a saquear las arcas de nuestro dinero y endeudando las tesorerías de los estados en más de 500 mil millones de pesos, entre todos. Hay cuando menos una docena de estos delincuentes de cuello blanco, han robado descaradamente y no les pasa nada, lo cual hace más grave la situación, porque en esa impunidad, es una invitación general a que todos roben. El Congreso pasó una ley para que los gobiernos no pudieran dejar deudas escondidas, sin embargo no ha entrado en vigor por diferencias entre la cámara de diputados y la de senadores, que ha permitido dejar deudas de miles de millones en cuentas a proveedores de bien y servicios, como es el caso de César Duarte, que no solo no dejó dinero alguno, pero sí deudas por más de 5 mil millones, más las que se acumulen esta semana. Unicamente se encuentran en capilla, es decir perseguidos por “la justicia”, Javier Duarte y Guillermo Padrés, ex gobernadores de Veracruz y de Sonora. Los demás como César Duarte de Chihuahua, gozan de cabal salud, descansando en la ciudad de México, en Houston Texas o en su rancho, nadie sabe. El Heraldo de Chihuahua sacó un excelente reportaje sobre los 163 vuelos a El Paso Texas del gobernador Duarte y su familia en tan solo los dos últimos años, sin un justificación oficial que respalde dichos viajes, más 36 viajes a su rancho a donde se iba a descansar. Todos en los aviones o helicópteros del gobierno estatal. Es decir que una vez por semana se iban de “shopping” a El Paso o a su rancho. Poniéndole una hora de ida y otra de regreso a cada uno de estos lugares, nos dan 400 horas de vuelo, multiplicadas por $2,200 Dólares la hora de vuelo nos dan 880 mil dólares, más los viajes a Boston Massachusetts, Santa Fe Nuevo México, Calgary Canadá y otros más nos lleva a un número redondo de un millón de dólares, que al tipo de cambio nos da un peculado de poco mas de 20 millones de pesos en los dos últimos años. Calcule los seis años que duró este asalto de cuello blanco. Pero esto no es nada a los cientos de millones que sacaron de manera directa en contratos de “servicios de asesoría” que nunca se recibió, donde los contratos se elaboraban un día y al día siguiente ya estaban pagados, en un servicio de asesoría que evidentemente nunca se prestó. Otros contratos le disimulaban un poco y lo hacían un mes y lo pagaban al mes siguiente, pero por más de 100 millones de asesoría. Claro que a los proveedores regulares se tardaban meses en pagarles o dejarlos colgados para la siguiente administración. Para el ciudadano normal es un viacrucis establecer una empresa, ya que le piden hasta la fecha y la hora de cuando nació su abuelita, pero para los amigos de los gobernadores, porque esta táctica es modelo nacional, las empresas “fantasmas”, que facturan decenas o centenas de millones, los trámites son muy rápidos y expeditos. Ninguna de estas empresas se quedaron con saldos por cobrar, creo que solo una, hasta ahora, se ha presentado a cobrar un saldito que le quedo pendiente. Mientras tanto el presidente Peña Nieto y sus flamantes secretarios de estado se han puesto a trabajar en temas tan importantes como El Reto del Guacamole, convocado por José Calzada secretario de la SAGARPA, que ganó la canciller Ruiz Massieu, quién ya puede presumir un logro en su administración al frente de relaciones exteriores o el caso de los senadores del PRD que en su cena de navidad se pusieron a quebrar una piñata de Trump y gritarle de majaderías, como si eso fuera a resolver el problema. ¡¡No cabe duda que somos el hazmerreir del mundo, hasta que no aprendamos a “leer”, en lugar de “ler” como dijo el secretario de educación, que tuvo que ser corregido por una niña!! Bueno, hasta el presidente del banco central, ya mejor decidió irse a trabajar a Europa y no ver el desastre que viene. Necesitamos acabar con los asaltantes de cuello blanco.