AÑOS DISPONIBLES

2023
2022
2021
2020
2019
2018
2017
2016
2015
2014
2013
2012
2011
2010
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995

Editoriales

No tenemos presidente

Un verdadero presidente es un líder que encabeza todas las necesidades de su pueblo, en lugar de estar echándole la culpa al pasado o insultando a los a quien le da su gana, ofendiendo a políticos anteriores o medios de difusión que los ve como sus enemigos, así como periodistas o empresarios. No tenemos un verdadero líder, ni la sombre del mismo, más bien tenemos a una persona que solo piensa en él mismo y como mentir a través de “yo tengo otros datos”, aunque sean en contra de las propias cifras oficiales. La realidad del inquilino de palacio es muy distinta de la verdadera realidad. En todas las desgracias que hemos tenido en el país, el presidente ha brillado por su ausencia, primero entran a ayudar otros ciudadanos, empresarios, organizaciones de la sociedad civil, que el presidente, que se le paga para servir al pueblo. Ejemplos hay todos, pero mencionaremos solo algunos: el huracán OTIS deja en ruinas a Acapulco, un puerto que es icono del turismo en el mundo, desde hace muchos años. Dejó una estela de más de 3,000 muertos, aunque “otros datos” dice tan solo 43. Primero está ayudando empresas como supermercados, farmacias, bancos, cruz roja, caritas, Coparmex, con apoyos para la población, que algún apoyo del gobierno federal. El presidente cree que dando su mañanera desde la base naval de Acapulco, termina de decir mentiras, toma su helicóptero y se regresa a la CDMX, porque dice que si va a ver como está el pueblo, sabio y bueno, le van a mentar la madre y él no puede permitir que insulten a la investidura presidencial. No tenemos presidente. Cuando se cayó la línea 12 del metro de la CDMX, ni tan siquiera se para en el lugar del accidente, donde hubo 42 muertos, ni en el hospital donde estaban los heridos. ¿Detenidos los culpables del accidente por mala construcción o falta de mantenimiento, en donde se involucra su corcholata Claudia Sheinbaum? Cuando explotó el gasoducto en el Bajío, (Cuando dejó sin combustibles a toda esa zona por más de mes y medio, que, para acabar con el huachicol, que ahora está peor que nunca), con más de 130 muertos, sin apoyo alguno para los muertos o heridos, ni castigo a los culpables. Esto sucedió frente a elementos del ejército, que no hacían nada por detener el huachicol. En el incendio en Ciudad Juárez, en “La Cárcel” (No se le puede llamar de otra manera), del Instituto Nacional de Inmigración federal, donde murieron más de 140 inmigrantes, nunca se paró por ahí el presidente, ningún apoyo a los parientes de los muertos o heridos y ni pensar en el castigo a los culpables, ya que son sus cuates, que siguen despachando todos los empleados en el INM. Para el inquilino de palacio, nada de estos problemas son importantes, así acaba de suceder en un pequeño pueblo del estado de México, colindando con Michoacán, donde la población ya cansada de tanta extorción por parte de los malandros de la familia michoacana, enfrentaron a balazos a los que querían su derecho de piso y mataron a 14. El inquilino dijo que era pleito entre pandillas. No tenemos presidente

Editoriales

Por un México sin mentiras

Cuánta razón tenía “El jefe” Diego, cuando decía en su campaña presidencial en 1994, hace ya casi 30 años, que México tenía que ser un país sin mentiras para que pudiéramos progresar, sobre todo los políticos que dirigen la nación y se la pasan mintiendo. Ese eslogan de campaña y a la vez una acusación sobre nuestra triste realidad no solo no ha mejorado, si no todo lo contrario, hoy tenemos un presidente que nos miente de diez a doce veces al día, desde su púlpito mañanero, y todos sus chairos se la creen y le aplauden, porque con eso de que “yo tengo otros datos” diferentes a los de sus propias dependencias de su gobierno, nos miente todos los días. Este ejemplo ha cundido y el caso más reciente y patético es el del ¿gobernador? Del estado de Nuevo León, Samuel García, quien había jurado y prometido públicamente que no dejaría la gubernatura para buscar la presidencia de la república, dijo que cumpliría su compromiso de seis años con los nuevos leoneses, ya que al terminar tendría apenas 39 años de edad y resulta que, a tan solo dos años de ser gobernador, avienta el harpa y se lanza como precandidato a la presidencia por el partido Movimiento Ciudadano, que es el que lo llevó a la gobernatura. Se supone que Samuelito tiene un doctorado en leyes, pero que no le sirvió de nada, ya que fue cometiendo una serie de errores, que lo llevaron a un desastre total y parece que ya se quedó sin juan y sin las gallinas. Todo el galimatías empieza cuando Samuelito quiere dejar de interino a su compa, el secretario general de gobierno, pero la ley del estado de Nuevo León establece que quien autoriza la licencia del gobernador para retirarse del cargo y quien debe de nombrar al interino, es el congreso del estado y éste nombra al vicefiscal del estado. Samuelito hace su escandalo y hay amparos y demandas legales ante la suprema corte y el tribunal federal electoral, por ser materia electoral. A las diez de la noche del 1ero de diciembre, Samuelito emite un comunicado diciendo que su propuesta es la legalmente correcta y que él sigue en su campaña presidencial que “esta con un crecimiento gigante” y que el gobernador interino es el suyo. A las once y media de la noche, la Suprema Corte y el tribunal federal electoral, declara gobernador interino al que no quería Samuelito y entonces éste junta a su gabinete y declara que reasume de gobernador y deja la campaña a presidente. Pero resulta que el que debe de cancelar la licencia por seis meses que le habían dado, es el congreso del estado. Al primer minuto del día dos de diciembre Samuelito debería de haber dejado la gobernatura, pero el mismo públicamente reasumió, así que ya no puede ser candidato y tampoco gobernador, hasta que el congreso se lo autorice. ¿Qué esconde Samuelito, al grado de hacer este ridículo y además con tantos errores? Se habla de grandes faltantes de dinero de su gobierno y de manejo muy poco escrupuloso de las finanzas. O ¿será simplemente un capricho de joven inmaduro que solo quiere hacer su voluntad?, sin respetar la ley, como lo hace todos los días el presidente López. Cómo nos hace falta un México sin mentiras